Diario de Sesiones 8, de fecha 27/9/2011
Punto 13

· 8L/PO/P-0048 Pregunta del señor diputado don Felipe Afonso El Jaber, del Grupo Parlamentario Popular, sobre autoridad de profesores y directores en los centros de enseñanza, dirigida al señor consejero de Educación, Universidades y Sostenibilidad.

El señor presidente: Siguiente pregunta, del señor diputado don Felipe Afonso El Jaber, del Grupo Parlamentario Popular, dirigida al señor consejero de Educación.

Don Felipe.

El señor Afonso El Jaber (Desde su escaño): ...(Sin micrófono.)

El señor presidente: Espere, perdone, perdone. Solicite, vamos, pulse el micrófono para que se le oiga. Ahora.

El señor Afonso El Jaber (Desde su escaño): Señor vicepresidente, ¿qué actuaciones piensa desarrollar para aumentar la autoridad de profesores y directores en los centros de enseñanza?

El señor presidente: Muchas gracias, don Felipe.

Señor vicepresidente del Gobierno, don José Miguel Pérez.

El señor vicepresidente del Gobierno y consejero de Educación, Universidades y Sostenibilidad (Pérez García) (Desde su escaño): Señor presidente. Señoría.

No sé si dispone usted de algún dato que yo desconozca, rotundo, acerca de que existe en Canarias alguna razón que obligue a esta Administración a incrementar acciones en función de que se esté cuestionando la autoridad de los directores, directoras o del profesorado en los centros canarios. Nosotros no lo tenemos.

En cualquier caso, sí tengo que decirle que en estos momentos la convivencia que se está produciendo en los centros, salvo puntuales incidentes que cuentan con la cumplida respuesta no solo de la normativa en vigor sino también de la propia Administración, no empaña un hecho que es evidente, y es que hay una general convivencia positiva en la mayoría, en la inmensa mayoría, de los centros educativos de Canarias.

El señor presidente: Muchas gracias, señor vicepresidente.

Don Felipe Afonso.

El señor Afonso El Jaber (Desde su escaño): Señor presidente, hoy me ha sorprendido escuchar en este Parlamento, desgraciadamente de una de las comunidades que encabezan los rankings de fracaso escolar, dar lecciones a las comunidades autónomas que encabezan los ranking del éxito escolar y de la calidad educativa. Demuestra hasta qué punto algunos, en vez de hacer los deberes, se dedican a jugar al despiste.

Pero, señor vicepresidente, toda la sociedad sabe que en los últimos lustros los profesores han ido perdiendo la consideración que se les debe dentro y fuera del sistema educativo. Hemos pasado de un extremo al otro y ninguno de los dos son buenos. Esto, sin duda alguna, tiene numerosos efectos negativos, tanto para el sistema educativo, como consecuencia de los mismos para la sociedad. Se empieza por negar la autoridad del profesor y se termina negando la autoridad, pues, del Tribunal Constitucional para dictar sentencias sobre estatutos. Al final la escuela es el reflejo de la sociedad del mañana.

Detrás de la falta de disciplina en las aulas existen los mismos motivos que hay detrás del fracaso escolar: la incapacidad para asumir las dificultades, la no preparación para perseguir retos y objetivos a través del único camino posible, que es el de la constancia, la confianza y el esfuerzo.

Defender la autoridad en el aula es defender el derecho de los alumnos a la igualdad de oportunidades, es defender el derecho de los alumnos a la formación, que es la base de la equidad, y, por lo tanto, su fracaso es la desigualdad desde el colegio. El buenismo ideológico establecido en la reforma de los años 80 ha dañado las posibilidades de numerosos estudiantes y, por lo tanto, su proyección personal.

La educación debe fomentar ciudadanos responsables, responsables para vivir en una sociedad libre. Educar en el civismo, en la convicción de que el éxito viene después del trabajo, en el respeto a los compañeros y a los profesores, aumentará, sin duda alguna, los logros de la educación y, como consecuencia, los logros de la sociedad, hacia una sociedad con más desarrollo, más culta, más abierta y, por lo tanto, mucho más justa.

En conclusión, señor vicepresidente, la Administración debe apoyar más a los profesores e incidir para que la familia también lo haga; proteger a los alumnos que se quedan atrás...

El señor presidente: Muchas gracias, don Felipe.

Señor vicepresidente del Gobierno, don José Miguel Pérez.

El señor vicepresidente del Gobierno y consejero de Educación, Universidades y Sostenibilidad (Pérez García) (Desde su escaño): ...(Sin micrófono.) que ha planteado en su pregunta.

Le decía si efectivamente tenía o disponía usted de algún dato del que no dispongamos nosotros acerca de si usted entiende con ellos que está en cuestión la autoridad de los profesores en Canarias. Nosotros, desde luego, no tenemos ningún dato que esté en tal dirección, ningún dato. No hay ninguna estadística, no hay ningún estudio que lo ofrezca. Le diré más: ni en Canarias ni en ningún sitio. Le invito a que se lea todos los estudios, todos los informes de las distintas agencias europeas y de la OCDE. Ese concepto no figura en ninguno de los ítem, en ninguna de las variables.

Pero quédese tranquilo, en Canarias tenemos, lógicamente, una normativa que garantiza el apoyo y lógicamente la autoridad del profesorado en los centros. Insisto en que se podrán producir incidentes concretos y puntuales, pero no generemos un concepto como problema general para desviarnos de lo verdaderamente relevante, que es el fracaso, que es el abandono y que es el problema de la insuficiencia en las tasas de idoneidad.

Si lo que estamos queriendo decir es que el modelo educativo es el de la disciplina del niño con brazos en cruz de cara a la pared, no compartimos ese concepto de la disciplina; si de lo que estamos hablando es de planes de convivencia en centros educativos, que incorporen no solamente el debido respeto al orden y a la autoridad del profesor, en Canarias existen y se están haciendo, independientemente de que haya problemas puntuales.

Pero, le reitero, me gustaría que su afirmación se asentara en datos, en datos que veo que no tiene.

El señor presidente: Muchas gracias, señor vicepresidente.