Diario de Sesiones 22, de fecha 8/2/2012
Punto 9
· 8L/PNL-0034 Proposición no de ley del Grupo Parlamentario Socialista Canario, sobre el primer centenario de la Ley de Cabildos Insulares.
El señor presidente: Siguiente proposición no de ley: del Grupo Parlamentario Socialista Canario, sobre el primer centenario de la Ley de Cabildos Insulares, que cuenta con una enmienda del Grupo Parlamentario Popular.
Doña Encarna Galván tiene la palabra (Pausa).
Sí. Decirles que la proponente, la señora Galván, dice que hay, sobre el texto que tienen, señorías, dos correcciones técnicas. En el punto 1, si las quieren conocer, en la primera línea de todas dice: "durante los próximos años 2012 y 2013". Claro, el próximo 2012 ya no es, o sea, "durante los años 2012 y 2013"; lo de "próximos" está fuera. Y luego, en el punto 2, el nombre de la sociedad estatal tampoco es correcto. "Sociedad Estatal -dice ahí- de Conmemoraciones Culturales", no, se llama "Sociedad estatal de Acción Cultural Española". Sí, la Sociedad Acción Cultural Española. Correcto.
Son cuestiones puramente técnicas pero que se incorporan, porque, si no, no tendría...
Pues doña Encarna Galván, usted puede comenzar cuando quiera.
La señora Galván González: Muchas gracias, señor presidente. Señorías.
El próximo 16 de marzo de 2013 se cumplirán 100 años desde la constitución de los cabildos insulares. Aquel Domingo de Ramos, casi al unísono, Pablo Ascanio Dávila, en La Gomera; Domingo Armas Martinón, en Lanzarote; José Francisco de Sotomayor y Pinto, en La Palma; Juan Domínguez Peña, en Fuerteventura; Tomás de Zárate, en Gran Canaria, y Eduardo Domínguez Alfonso, en Tenerife, ocupaban por primera vez la presidencia de sus respectivos cabildos insulares. Posteriormente, como sus señorías conocen, ocupó la presidencia del Cabildo de El Hierro Félix Fuentes Padrón, el 29 de abril ya de 1925.
El nacimiento de los cabildos insulares, establecidos por ley de 12 de julio de 1912, vino a significar en aquel momento la forma de equilibrio idónea para garantizar la gobernabilidad de las islas. Si su génesis se encuentra en el contexto de lo que se ha llamado pleito insular o no es un debate interesante objeto de historiadores; de lo que no cabe duda es de que en la historia de Canarias del último siglo los cabildos han demostrado ajustarse como el guante a la mano a la realidad de las islas. Desde sus primeros momentos se identificaron como la fórmula óptima para gobernar y gestionar unas entidades territoriales que, aun compartiendo una identidad común, por ser islas goza cada una de ellas de una personalidad propia y padecen situaciones y problemas concretos. Y esta adaptación a la singularidad específica de cada isla es lo que a su vez ha permitido a Canarias avanzar en un proyecto común, como región primero, como comunidad después. Y es que si en un primer momento pudo palparse la tensión entre las islas por lo referente al alcance de la Ley de Cabildos y de su reglamento de desarrollo, esa situación fue pronto superada, pues los representantes cabildicios se dieron cuenta de la importancia de aunar criterios para el buen entendimiento en las relaciones con el Estado y con los propios ayuntamientos de cada isla.
Quienes aquel día, quienes aquel 16 de marzo, ocuparon los primeros escaños insulares fueron conscientes de estar escribiendo una página importante en la historia de Canarias. Y lo hicieron modestamente, sin grandes fastos ni grandilocuencia. Como reflejan los libros de actas, las sesiones constitucionales se celebraron con brevedad, con parquedad e incluso con ausencia de discursos, y es que la primera imagen común a todos los cabildos fue su puesta en acción inmediata.
Entre sus primeras actuaciones -me apetece recordar, puesto que lo que tratamos con esta PNL es precisamente conmemorar-, junto a las primeras decisiones de ámbito organizativo, aquellas referentes a la organización de comisiones, redacción de los primeros reglamentos de régimen interior, asuntos de personal, se encuentran ya otras que fijan el rumbo de lo que debería ser el papel de las nuevas instituciones y entre las que destacan, en educación, la creación de centros docentes, las relativas a las instituciones sanitarias y de beneficencia, su papel de apoyo a los municipios y la preocupación por garantizarse una hacienda propia. Dos ejes estratégicos que se marcan desde entonces y estarán presentes a lo largo de todo este primer siglo de su existencia: la definición de su marco competencial y la necesidad de disponer de un sistema de financiación suficiente para afrontarlo.
Permítanme que traiga a la memoria cómo la preocupación económica fue ya un tema importante entre los contemporáneos de los primeros cabildos. Felipe Massieu, defensor a ultranza de los cabildos y entonces alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, escribía a su sobrino y diputado en Cortes Leopoldo Matos el mismo día 12 de julio de 1912, y le decía -cito textualmente-: "tengo gran fe en los cabildos. Para mí lo resuelven todo o, mejor dicho, lo resolverían si no se hubiese dejado en ellos un punto flaco que, creo, no los deja prosperar, el referente a la hacienda de los mismos. Ya verán ustedes que ahí se estrellan. Casi, casi, los considero bajo este aspecto, si los reglamentos no lo remedian, incompatibles con la Diputación Provincial".
Ahondaba en su temor en otra misiva, fechada el 30 de aquel mismo mes de julio, en la que le decía a su sobrino, ante el anuncio de su próxima visita: "te aconsejo que no salgas de ahí sin dejar ultimado el reglamento de los cabildos y asegurado, bien asegurado, en los presupuestos lo relativo a los organismos de nueva creación. No te fíes de nada ni de nadie en asunto de tantísima importancia". Está claro, los hechos lo han demostrado, que el alcalde se equivocó: los cabildos no se estrellaron, si bien acertaba en preocuparse por su hacienda.
Quienes de una u otra manera se han acercado a estudiar los cabildos insulares, y quedando aun mucho que hacer en este campo, han coincidido en destacar la precariedad de su hacienda, pero también el carácter fuertemente pragmático de sus consejeros, quienes sin abandonar absolutamente sus ideologías sí han trabajado buscando la eficacia con un enorme grado de apoliticismo. De ahí la continuidad en los objetivos hasta cumplimentarlos; de ahí también el haber sabido articular fórmulas para superar la situación de su economía, siendo conscientes, sin duda, de que anteponer los intereses de las islas a otras vicisitudes era la única forma de arraigar la nueva institución en la población insular. Y lo lograron.
Trabajo tenaz y, en muchos casos, silencioso caracteriza también el devenir de estas instituciones a punto de alcanzar la centuria, que han ido avanzando y adquiriendo cada vez mayores competencias y peso en el entramado político-administrativo del archipiélago, llegando a ser consideradas, a partir de la Ley del Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas de Canarias de 1990, instituciones de la comunidad autónoma y representantes ordinarios del Gobierno de Canarias y ejecutores de sus acuerdos en las islas, a la vez que se les dotaba de la capacidad de presentar iniciativa legislativa.
Hoy, ante la nueva situación económica general, las entidades o administraciones locales canarias afrontan retos importantes que marcan su futuro. La nueva ley de administraciones públicas canarias, cuyos trabajos ocupan al actual Gobierno de nuestra comunidad autónoma, abre la esperanza para la solución de la problemática secular de los cabildos: armonizar competencias y financiación. Pero ante ese horizonte, y al filo del centenario, toca conmemorar, recordar, reflexionar, valorar y divulgar la labor que estas instituciones han desarrollado en ámbitos de tanta trascendencia como la educación, las infraestructuras, los deportes, la cultura, el turismo, el medio ambiente, las aguas, el sector primario y otros muchos de notable interés para nuestro archipiélago. Por ello solicitamos con esta proposición al Parlamento instar al Gobierno de Canarias a impulsar iniciativas educativas y culturales con este fin, a la vez que a gestionar oportunamente ante el ministerio de Cultura su apoyo, programando iniciativas culturales enmarcadas en la celebración de este primer centenario, y espero contar con el apoyo de toda la Cámara para ello.
Muchas gracias.
El señor presidente: Muchas gracias, doña Encarna Galván.
Hay una enmienda del Grupo Parlamentario Popular. Tiene la palabra don Felipe Afonso El Jaber.
El señor Afonso El Jaber: Señor presidente. Señorías.
La PNL denominada "el primer centenario de la Ley de Cabildos Insulares", presentada por el Grupo Socialista, resalta en sus antecedentes que la legislación actual permite que las competencias ejecutivas de nuestra autonomía se puedan ejercer a través de los cabildos insulares y que la experiencia ha identificado a los cabildos como la fórmula óptima para gobernar y reflejar la personalidad de nuestras islas. Hace otras reflexiones sobre el debate de la reorganización administrativa, etcétera.
A pesar de todo lo expuesto y a pesar de que esas son las bases de los antecedentes, la PNL elevada al Pleno es muy restrictiva en su propuesta de acuerdo, limitándose a propuestas conmemorativas, educativas o culturales, a las que no nos oponemos pero que nos parecen claramente insuficientes. Digo que no nos oponemos siempre y cuando cuenten con el respaldo de la Fecai -que entiendo que debe protagonizar este periodo- y que estemos también a tiempo de que en la sociedad estatal se puedan incorporar estos programas. Pero, repito, apoyamos esos apartados pero entendemos que son insuficientes.
Es evidente que los canarios, mayoritariamente, vemos a los cabildos como instituciones que reflejan como ninguna nuestra singularidad y condición insular; que son administraciones, junto a los ayuntamientos, mucho más cercanas a los ciudadanos y que en el actual ambiente de crisis económica necesitamos administraciones más sostenibles y eficaces que la actual farragosa distribución de duplicidades administrativas. Hay que especializar a las administraciones, por eso proponemos el siguiente acuerdo como enmienda de adición: "3. El Parlamento de Canarias insta al Gobierno de Canarias a impulsar de manera inmediata un proceso de descentralización de competencias de nuestra comunidad autónoma en los cabildos insulares y ayuntamientos, debiendo quedar las transferencias totalmente culminadas antes de comenzar el ejercicio presupuestario del año 2015, informando el Gobierno trimestralmente a este Parlamento de sus avances".
Presentamos esta enmienda porque, en medio de esta dura crisis, no nos podemos permitir el lujo de seguir hablando, hablando y hablando de los mismos temas en Canarias. Llevamos muchos años hablando de muchas cosas, una de ellas es del papel de los cabildos, pero no pasa de las palabras, y gobernar, y más en este momento de dura crisis, es más que pedir y dar subvenciones, es más que enfrentarse continuamente, de forma partidista, con otras administraciones o buscar enfrentamientos bolivarianos. Gobernar es asumir la potestad que tiene uno para tomar decisiones y hacerlo, y una de ellas, importante en estos momentos, es la reorganización administrativa de Canarias. Será mucho más útil una Administración que consume en sí misma menos dinero del que dan los ciudadanos para devolverlo en redistribución de rentas, para devolverlo en servicios públicos, que otra que consume en su propio funcionamiento mucho más dinero. Esa Administración es mucho más injusta y, por tanto, tenemos que buscar una Administración más justa que la que en este momento tenemos.
Siempre, desde la comunidad autónoma, se entiende esto como una pérdida de poder. Les voy a contar algo a título meramente anecdótico. Siendo yo -hace algunos añitos- presidente de las Juventudes del Partido Popular, me reuní -a principios de los años 80- con un director general de Juventud, que me dijo que estaba de acuerdo conmigo en descentralizar las competencias de juventud a ayuntamientos y cabildos. La siguiente vez que me reuní me dijo que su presidente le había dicho que ese no era su papel, que su papel era potenciar la comunidad autónoma, porque era donde él estaba. Y esa mentalidad se ha trasladado luego a todas las administraciones que han existido a partir de ese momento. Pero nuestra institución autonómica no debe ver en el fortalecimiento de los cabildos ni de los ayuntamientos ningún enemigo para sí misma; antes debe, con inteligencia, ver en ellos los cimientos sólidos y las columnas con las que se debe armar la arquitectura autonómica, la arquitectura de nuestra organización administrativa regional.
Llevamos mucho tiempo hablando de esa necesidad de fortalecer los cabildos, pero el esfuerzo ha sido claramente insuficiente. Como tantos otros, se ha quedado en discursos. Debemos, por lo tanto, instar a la Administración autonómica a que pierda ese miedo de perder poder o de pensar que así se debilita a las instituciones. Ya, cuando se crearon los cabildos a principios del siglo XIX, existieron voces que se opusieron, bueno, que se crearon por segunda vez, como bien me recordaba ayer un compañero de grupo. Los cabildos siempre han existido desde el siglo XVI o existió desde el siglo XVI un órgano de gobierno de cada una de las islas Canarias, ¿no?, a través de los cabildos, los consejos insulares en su caso. Por lo tanto, se debe perder, repito, ese miedo que, de una manera u otra siempre, ha tenido la comunidad autónoma.
Son muchos los ejemplos que se pueden poner de cosas que son mucho mejor gestionadas desde las administraciones locales que desde la comunidad autónoma. Está claro que, por ejemplo, el territorio nace y muere en la isla, que las carreteras, por mucho que nos inventemos conceptos dialécticos de carreteras regionales, nacen y mueren en cada isla, que el agua, las tuberías, las depuradoras tienen siempre un sistema insular, y como eso tantas y tantas otras cosas, que estarían, por lo tanto, mucho mejor gestionadas desde la singularidad de cada isla, porque luego cada isla, afortunadamente -y eso forma parte de la riqueza canaria-, tiene su propia singularidad. Desde luego mucho más racional que ese espectáculo de los Binter o de Islas, a las ocho y media de la mañana, de funcionarios yendo de un lado a otro de las islas.
Por lo tanto, en este ambiente donde hay un 36% de pobreza en Canarias, un paro del 31%, tenemos que esforzarnos en ser eficientes, en simplificar administrativamente, en ser eficaces, en ser ágiles, en darles respuestas a los ciudadanos. Ciudadano que en primer lugar siempre va a las corporaciones locales, a los ayuntamientos y a los cabildos, que son como su gobierno, como aquello con lo que se identifica de manera inmediata. Forma parte además de la condición de ser isleños. Todos sabemos que para un isleño, en cualquier lado del mundo, la isla le marca; en la isla hace sus relaciones sociales; en la isla, pues, la mayoría tiene sus relaciones laborales, de ocio, etcétera. Y, por lo tanto, esa identificación con la isla es una de las fortalezas de la naturaleza de los canarios y, por lo tanto, tenemos que estructurar nuestra organización en virtud de ella y no en virtud de lo contrario.
Repito que dentro de poco entrará en la Cámara la legislación de reforma de la ordenación territorial. Será una primera oportunidad para ver si se ha entendido o no el mensaje de la simplificación administrativa y si estamos dispuestos a transferir competencias a los cabildos en ordenación del territorio o, por el contrario, se pretende hacer justo lo contrario: seguir potenciando órganos como la Cotmac o las consejerías o las competencias autonómicas. Son dos modelos distintos de entender la gestión en Canarias: una, la que nosotros proponemos, cercana a la realidad y a los vecinos, más ágil y transparente; y la que proponen otros, que es mantener centralizado el control del territorio, sin ser capaz de aportar algo más que confusión e inseguridad.
Como dije antes, al principio del siglo XX no todo el mundo era favorable ni dentro ni fuera de Canarias a la construcción de los cabildos insulares. Los veían como un peligro desde las instituciones provinciales en aquel caso. Hoy, en cambio, nadie puede discutir, absolutamente nadie, el balance extraordinariamente positivo de los cabildos insulares, los gobiernos naturales de cada una de las islas. Existe el consenso en nuestra sociedad para que nuestra organización administrativa se base en el principio de una competencia, una Administración, enterrando la farragosa, cara, despilfarradora, estructura de una competencia, muchas administraciones.
También existe consenso sobre la necesidad de acercar la Administración al administrado, lo que siempre implica una gestión más transparente, porque la cercanía, sin duda alguna, da transparencia, sin menoscabo de aquellas tareas que, por su naturaleza, sea más eficiente y eficaz realizarse regionalmente. Es evidente que competencias como la sanidad o la educación, pues, básicamente se tienen que gestionar de manera regional o la relación con los órganos del Gobierno de la nación.
Pero ha llegado el plazo, ha llegado el momento de poner plazo a este proceso. Yo llevo aquí solo unos meses y escucho discursos, discursos, discursos y discursos, que son los mismos que llevamos todos en Canarias escuchando años o lustros. Creo que hay que empezar a poner plazo a las cosas. Si no, el Gobierno de Canarias, si no, difícilmente superaremos los objetivos...
El señor presidente: Sí, tiene un minuto para ir terminando, don Felipe.
El señor Afonso El Jaber: ...si no seguiremos con esas tasas de desempleo altas, seguiremos con esas tasas de pobreza altas. Hay que empezar a poner plazos en Canarias a las cosas. Hay que decir qué sociedad, qué administraciones deseamos dejar a nuestros hijos dentro de 20 años. Nada de esto se hace de hoy para mañana. Antes se hablaba de la importancia de la educación para salir de la crisis. Será para salir de la crisis dentro de 20 años, porque todas estas medidas son medidas, como medidas estructurales tienen un efecto a medio plazo. Y, por lo tanto, tenemos que empezar a diseñar la Administración que queremos para entregar dentro de 20 años, porque esta ha demostrado ya sus ventajas y sus desventajas. Hay que aprovechar sus ventajas y solucionar los problemas de sus desventajas.
Repito que apoyaremos lo que está en la PNL. Sé que no se va a apoyar nuestra enmienda, pero desde luego, entre el antecedente y las conclusiones, echamos en falta muchas decisiones.
Muchas gracias.
El señor presidente: Muchas gracias, don Felipe.
Pues precisamente para saber qué pasa con su enmienda tiene la palabra doña Carmen Galván.
La señora Galván González: Muchas gracias, señor presidente.
Desde luego lamento que el Grupo Popular no haya sabido interpretar lo que desde el Grupo Socialista hemos pretendido traer a la Cámara con esta iniciativa, que no es otra cosa que solicitar la realización de acciones culturales y educativas para poner en valor y divulgar la acción de los cabildos con motivo de su centenario, acercar el conocimiento de estas instituciones a los ciudadanos de la comunidad autónoma. Ese y no otro es el objetivo de nuestra PNL. No entiendo, por tanto, no entendemos, que pueda aprovechar que el debate es sobre cabildos para tratar de introducir otros temas de debate que nada tienen que ver con el objetivo de la PNL y que tratan nada más y nada menos que de la ampliación del marco competencial de estas instituciones. Eso, en todo caso, y si me lo permite, sería objeto de otra proposición que ustedes podrían proponer si lo consideran oportuno.
Pero, como me tengo que referir además a lo que ustedes han escrito, ni siquiera creo que sea oportuno en este momento. Solicitan que se culmine, a la velocidad del rayo, un proceso de transferencia de competencias que viene pendiente en esta comunidad desde hace muchísimos años. Un sistema vigente desde el año 1990 y que mucho se ha hablado de la tercera descentralización, del pacto local y de muchas otras cosas en esta misma sede y, si la memoria no me falla, le recuerdo que hasta el pasado año 2010 y durante muchos años su partido compartió, además, el Gobierno de Canarias y nada hicieron para culminar ese proceso de transferencias pendiente. Intentar despacharlo ahora en cuatro líneas me parece una falta de responsabilidad.
Pero además pide que se haga ahora, y precisamente ahora cuando ustedes precisamente conocen que el Ejecutivo autónomo trabaja para definir el nuevo sistema competencial de las administraciones públicas canarias, al objeto de racionalizarlo, evitar duplicidades y garantizar una mayor eficiencia. Lo piden ahora que saben que el Gobierno se ha comprometido a traer a esta Cámara un proyecto de ley de las administraciones públicas canarias, donde, además de en las competencias, sin duda repercutirá en la garantía de financiación de las haciendas locales de estas administraciones, de manera que, junto a esa claridad y no duplicidad, las administraciones puedan tener garantizada la financiación suficiente para poder ejecutar sus competencias, porque esa es otra. En su enmienda ustedes proponen completar de forma inmediata ese proceso de transferencias sin tener en cuenta para nada el tema de la financiación. Ese que precisamente ha sido el caballo de batalla fundamental de los cabildos insulares a lo largo de sus 100 años de historia.
Pero no me extraña su propuesta. Felipe Massieu, ya les decía antes, se equivocó, los cabildos no se estrellaron, efectivamente, pero aquel miedo suyo de que pudieran ser incompatibles con la Diputación Provincial de entonces casi se materializa en la legislatura pasada, cuando sí que casi se estrellan contra la Consejería de Hacienda, ocupada entonces por el hoy ministro señor Soria López, quien logró provocar una crisis institucional sin precedentes entre los cabildos insulares y el Gobierno autónomo y a mi juicio estuvo al filo de comprometer el futuro de las instituciones insulares, por su postura, por ejemplo, por su postura inmovilista ante el aplazamiento de las devoluciones de las cantidades ingresadas por el REF y que los cabildos solicitaban. Un problema, les recuerdo, y dicho sea de paso, provocado por un error de cálculo del entonces consejero de Hacienda, que, por lo que se ve, tampoco supo predecir la crisis que se avecinaba. Hoy ese desencuentro con los cabildos ha sido superado.
Señorías, yo voy terminando, les invito a participar del espíritu de colaboración que el pasado 20 de septiembre expresó ante este Parlamento su portavoz en aquella ocasión, el señor Jorge Blanco, que en relación al nuevo proyecto de ley de las administración públicas canarias en elaboración dijo tender la mano al Gobierno para esa reforma que entendía buena para Canarias y decía que no pondría chinitas en el camino y facilitar, se comprometía a facilitar el trabajo.
Mientras tanto, les invito también a participar del espíritu de esta PNL, que, como les decía, no es otro que reconocer, poner en valor y divulgar, desde la educación y la acción cultural, el centenario de los cabildos insulares.
El señor presidente: Muchas gracias, doña Encarna Galván.
Los grupos no proponentes de la proposición no de ley. Por el Grupo Parlamentario Mixto, don Fabián Martín.
El señor Martín Martín: Señor presidente, muchas gracias.
Quiero ante todo felicitar a la señora Galván por la semblanza histórica y por la consiguiente reflexión política que sobre los cabildos ha querido trasladar a todos y cada uno de los parlamentarios con esta proposición no de ley. Siempre viene bien, muchas gracias.
Señorías, asistimos, como bien decía la proponente de esta iniciativa, al centenario del nacimiento de la institución con mayor singularidad, con mayor arraigo, con mayor importancia, desde el punto de vista político y social de esta tierra, la de los cabildos. Más allá del peso, que es desigual según las islas, yo creo que eso es histórico y es real, de esta institución, de los cabildos, y de su capacidad para definir las políticas reales en el territorio insular, cualquier acción, como la que usted propone hoy en día y que permite reforzar el papel y la apreciación que los canarios tengan de ella, debe ser bienvenida. Pero tampoco quiero que nos llevemos a engaños y a falsas celebraciones. A priori no comparto la idea, como decía el señor Afonso, de que la proposición de la señora Galván sea restrictiva; en todo caso, es limitada, es insuficiente, abre una vía y no abarca la complejidad de la institución, la complejidad de los cabildos.
Los cabildos, al igual que la mayoría de las corporaciones o instituciones de esta tierra, se enfrentan hoy en día a un problema serio, decisivo, que es el de su financiación. Este aspecto, con carácter además evidentemente limitado en comparación, por ejemplo, con los ayuntamientos, puede poner en grave compromiso determinadas políticas que se han diseñado históricamente desde el nivel insular. Más allá de la responsabilidad de los diferentes grupos de gobierno de los siete cabildos insulares, el Gobierno de Canarias, sobre el que hay que hacer una reflexión, tampoco ha desempeñado un papel nada favorecedor al permitir sucesivas transferencias de competencias sin la correspondiente ficha financiera. Y valga un ejemplo, en este caso el del cabildo de la circunscripción electoral que yo represento, que ha visto cómo en el ejercicio 2012 el concepto por transferencias desde el Gobierno de Canarias ha disminuido en un 3,37% y ha visto cómo en los últimos años se ha pasado de contar con 17 millones a 8 millones para hacer frente a las competencias transferidas. Me gustaría y me pregunto como cualquier canario más cuáles son los criterios que se han seguido para actualizar estas cantidades y cuáles son las perspectivas de las mismas para el futuro.
Hizo la señora Galván mención a un punto flaco de los cabildos, el de la hacienda, el de la hacienda propia, el de los recursos económicos. Esa es una realidad evidente y que no quería dejar poner de relieve hoy en día. Espero que el Gobierno, que es canario, que es de todos, que es de todas las islas, que es de todos los cabildos, permita a todas las instituciones de esta comunidad autónoma canaria, especialmente también a los cabildos, que son parte de ella, poder seguir desarrollando con total garantía sus obligaciones.
Señora Galván, usted dijo que armonizar competencias y financiación sigue siendo la gran asignatura pendiente.
Muchas gracias.
El señor presidente: Muchas gracias, don Fabián Martín.
Y para concluir, el Grupo Parlamentario Nacionalista, don Javier Morales.
El señor Morales Febles: Muchas gracias, señor presidente.
En primer lugar, manifestar por parte de nuestro grupo que apoyaremos la iniciativa del Grupo Parlamentario Socialista sobre esta importante conmemoración, que creemos que es importante llevar a cabo, sobre los cabildos insulares y su divulgación.
Es un hecho que de por sí, como todos un poco resaltamos, es una Administración que está muy próxima al ciudadano, muy próxima a la realidad. Podría parecer redundante, precisamente por esa proximidad y por esa eficacia, pero creemos que es importante resaltarlo en este momento, en esta ocasión del centenario.
Los cabildos insulares, si hacemos un pequeño paso también por la historia, podríamos decir que su impulsor principal, el antecesor en esta nueva ley, fue un ciudadano de Fuerteventura, Manuel Velázquez Cabrera, que tiene en este momento una cátedra de estudios como reconocimiento a esa labor constante, a esa iniciativa, a esa proactividad, de una persona que tuvo la visión y que recorrió toda Canarias, que lo defendió en las Cortes y que fue capaz de que nos hayamos beneficiado todos los canarios con posterioridad a su actividad.
Los cabildos también tienen una gran singularidad. Es la única institución en el Estado español en la cual la ciudadanía elige directamente a su presidente. No ocurre en el Gobierno de Canarias, no ocurre en el Gobierno del Estado, no ocurre en los ayuntamientos, y por eso yo creo que debemos también ser conscientes de esa singularidad.
Canarias es un territorio con gran biodiversidad. Es uno de los puntos centrales del planeta donde hay la mayor biodiversidad, propiciada por su clima, por su entorno, y esa diversidad también se nota en la cultura, se nota en la economía y, como bien ha dicho la proponente, estas instituciones, los cabildos insulares, han sido capaces de reflejar y llevar a la práctica esa diversidad y ese servicio al ciudadano.
Yo quiero poner algunos ejemplos de cómo cuando se ha avanzado hacia acercarnos al ciudadano, hacia aceptar la diversidad y hacia aceptar las condiciones particulares de la ciudadanía, hemos progresado y cuando se ha ido en la dirección contraria hemos retrocedido.
Podemos decir que, dentro de lo que es la política europea, la política de desarrollo regional, que pretende que todas las regiones de Europa tengan el mismo nivel de servicios, ha sido un gran éxito. Dentro de eso, la ampliación de la propia Unión Europea hacia el Este para conseguir un entorno de países y de regiones con desarrollo en esa frontera ha generado seguridad, ha generado también un mercado cada vez mayor, y un conjunto de iniciativas, como el propio esfuerzo que hace el Gobierno de Canarias en estos últimos años de reconocer a las regiones ultraperiféricas y sus singularidades, ha beneficiado de manera importante a nuestras regiones y también a la Unión en su conjunto. Incluso el propio Estado de las Autonomías, que ha reconocido esa singularidad de cada una de las regiones, pues, ha ido en el buen sentido. Sin embargo, algunas leyes, como en su momento los puertos francos, que privilegiaron a algunas islas que tenían esas posibilidades de desarrollo de intercambio de los puertos, pues, despoblaron los pueblos o las zonas rurales de las islas grandes y también las islas pequeñas.
Por tanto, yo creo que es importante en este momento conmemorar lo que estamos diciendo, apoyar esta línea de información, de divulgación, y al mismo tiempo ser conscientes, y yo creo que nuestro grupo...; en esto yo creo que también puede haber una coincidencia, no es el momento, no es esta proposición, pero apoyaremos, porque el Grupo Nacionalista está convencido de que tenemos que reforzar a nuestros cabildos, que tenemos también que reforzar a nuestros ayuntamientos, porque ayudándonos mutuamente, llegando realmente al ciudadano, es como realmente también la propia comunidad autónoma va a ser capaz de salir adelante.
Por tanto, por una parte felicitar al Grupo Socialista por esta iniciativa. Decir que vamos a trabajar por que tengamos unos cabildos cada vez más fuertes y también unos ayuntamientos cada vez más fuertes y cercanos. Porque los recursos, como en el caso del año 86, la ley del 86, que ya distribuyó, redistribuyó mejor los recursos hacia los cabildos insulares, ha significado una mejora de calidad para los ciudadanos de Canarias y porque esa creemos que es la manera, de verdad, de llegar al ciudadano y resolver los problemas, que es para lo que estamos todos los diputados en este Parlamento.
Muchas gracias.
El señor presidente: Muchas gracias, don Javier Morales.
Señorías, vamos a votar la proposición no de ley del Grupo Parlamentario Socialista Canario, sobre el primer centenario de la Ley de Cabildos Insulares, tal como se presentó la proposición no de ley, toda vez que no ha sido admitida la enmienda del Grupo Parlamentario Popular. Comienza la votación (Pausa).
Resultado de la votación: presentes 48, votos afirmativos 48, en contra ninguno y abstenciones ninguna.
Queda aprobada por unanimidad.
Muchas gracias, señorías.
(El señor secretario primero, González Hernández, ocupa un escaño en la sala.)