Diario de Sesiones 129, de fecha 17/6/2014
Punto 13
8L/PO/P-1434 PREGUNTA DE LA SEÑORA DIPUTADA DOÑA MARÍA LUISA ZAMORA RODRÍGUEZ, DEL GRUPO PARLAMENTARIO NACIONALISTA CANARIO (CC-PNC-CCN), SOBRE EFECTOS SOBRE LA SALUD DEL USO DE LOS CIGARRILLOS ELECTRÓNICOS, DIRIGIDA A LA SEÑORA CONSEJERA DE SANIDAD.
El señor PRESIDENTE: Siguiente pregunta. De la señora diputada doña María Luisa Zamora Rodríguez, del Grupo Nacionalista Canario, dirigida a la señora consejera de Sanidad.
Doña Marisa.
La señora ZAMORA RODRÍGUEZ (Desde su escaño): Gracias, presidente.
Señora consejera, en la última Comisión de Sanidad hablaba por primera vez en esta Cámara del uso del cigarro electrónico. Más bien del incremento de su uso, que se está utilizando como alternativa para dejar de fumar. Decíamos en esa comisión que el cigarro electrónico llega a Europa en 2006 y el bum en España se produjo en 2011. El hecho es que cada vez hay más ventas en el mundo, especialmente en los países en los que existe una mayor regulación al consumo del tabaco normal. En ese grupo se incluye a España, donde, como sabemos, la ley antitabaco prohíbe fumar en lugares públicos. Por eso las personas adictas al tabaco buscan alternativas para poder dejarlo y una de esas alternativas es el cigarro electrónico, y en España, no tengo los datos de Canarias, pero se han disparado las ventas porque, a finales de 2009, había en nuestro país solamente dos tiendas que vendían cigarros electrónicos y hoy hay más de 3.100 locales exclusivos y otros 4.000 estancos que comercializan estos dispositivos. La industria, según, según sus propios cálculos, facturó 24,6 millones de euros en 2013.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha advertido que los cigarros electrónicos pueden causar cambios en los pulmones a corto plazo muy parecidos a los causados por los cigarros normales, que pueden provocar cáncer, que contienen sustancias idénticas a las que lleva el cigarro convencional y que sus efectos a largo plazo son desconocidos, por lo que son potencialmente cancerígenos.
Lo que está claro, según los primeros estudios que se han hecho sobre sus efectos a corto plazo, es que demuestran de forma inmediata la resistencia de las vías aéreas y disminuye su efecto conductor del aire. La mayoría de los expertos coinciden en que el cigarro electrónico es tóxico y que la nicotina que contiene y los demás componentes aditivos son igual de dañinos que los que contiene un cigarro manufacturado y que no es el método adecuado para dejar de fumar, sino lo contrario, tiene un riesgo evidente de que los fumadores vuelvan a recaen y tienen la posibilidad también de que puedan provocar el inicio del consumo en la gente joven; aparte de los dos casos que ya sabemos de neumonía lipoidea como consecuencia también de su uso.
En la comisión le pregunté, señora consejera, por la normativa que existía a nivel comunitario y en España sobre este dispositivo, y ahora lo que le quiero pregunta son si existen evidencias científicas sobre efectos adversos para la salud como consecuencia del uso de este dispositivo.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, doña Marisa Zamora.
Señora consejera de Sanidad, doña Brígida Mendoza.
La señora CONSEJERA DE SANIDAD (Mendoza Betancor) (Desde su escaño): Gracias, señor presidente.
Señora diputada, todavía existe una ausencia de estudios científicos rigurosos y con evidencias científicas. La Organización Mundial de la Salud, no obstante, declara al cigarrillo electrónico como no recomendado como tratamiento para dejar de fumar hasta que no se demuestre su efectividad y su seguridad de forma clara, si es que la tuviera.
Este informe se centrará en aquellos dispositivos que suministran nicotina. En el momento actual, hay indicios de los posibles efectos secundarios sobre la salud del uso de los cigarrillos electrónicos. El resumen del conocimiento científico al momento actual es el siguiente: la nicotina que contienen los cigarrillos electrónicos es una sustancia, como todos sabemos, con alta capacidad adictiva. Los usuarios de este dispositivo, por lo tanto, pueden mantener la dependencia a la nicotina; en otros casos podría generarse una dependencia en aquellos usuarios que no estuvieran fumando cigarrillos convencionales y sobre todo en jóvenes. La nicotina presenta, además, elevada toxicidad cardiovascular y se han documentado casos de intoxicación nicotínica en usuarios de este dispositivo con manifestaciones como taquicardias, crisis de hipertensión arterial, mareos, ansiedad e insomnio.
El uso de estos dispositivos, también, como bien decía usted, aumenta la resistencia aérea en los bronquios en personas sanas. Se ha establecido una relación entre el uso intensivo de estos dispositivos y los casos de neumonía lipoide. Se han aislado sustancias cancerígenas como la nitrosamina y el formaldehído en el vapor de estos dispositivos y se interpreta que su uso tendrá un efecto negativo en la desnormalización del consumo de tabaco conseguida con la actual normativa. Esto repercutiría en un posible incremento del consumo, sobre todo, como decía, en adolescentes con las consecuencias negativas para la salud que tiene un incremento de la prevalencia de fumadores.
Ante la ausencia que todavía existe de estudios científicos rigurosos, la Organización Mundial de la Salud declara que no pueden ser recomendados como tratamiento para dejar de fumar hasta que no demuestren su efectividad y seguridad. Por ello, en la actualidad, las únicas recomendaciones cuando cualquier persona quiera y esté convencida de dejar el hábito tabáquico, el Servicio Canario de Salud dispone de las suficientes consultas, de los suficientes recursos a disposición para que se dirijan a ellos y...
El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, señora consejera, doña Brígida Mendoza.