Diario de Sesiones 158, de fecha 24/2/2015
Punto 26

8L/C-1832 COMPARECENCIA DEL GOBIERNO, INSTADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR, SOBRE ERRADICACIÓN DE ANIMALES ASILVESTRADOS.

El señor PRESIDENTE: Comparecencias: del Gobierno, instada por el Grupo Parlamentario Popular, sobre erradicación de animales asilvestrados.

Don Miguel Cabrera Pérez-Camacho, por el Grupo Parlamentario Popular.

El señor CABRERA PÉREZ-CAMACHO: Señor presidente, señorías.

Señor presidente, si usted me autoriza, yo quiero empezar mi intervención leyendo. ¿Por qué?, porque hay tantas, tantas sociedades protectoras y asociaciones de protección de los animales que están pendientes de esta Cámara en el día de hoy que a mí me gustaría simplemente mencionarlas una por una: Adepac, Anda Canarias, Animalia, Animalistas Unidos de Fuerteventura, Apram, Apanot, Canary Animal Rescue de Gran Canaria, Canis Proficio, Coada, Cedaca, Defensa Animal Tenerife, Fuerteanimal -de Fuerteventura-, Fuertefelinos -de Fuerteventura-, Juaclo-Amigos de los Animales -de El Hierro-, Pro Animal Gomera, PMA-Plataforma contra el Maltrato Animal, Profelina de Tenerife, Protectora Sara Lanzarote, Refugio Internacional de Animales de La Orotava, Sano y a Salvo, Sirius Canarias, SOS Peludos.

Ellos son una cantidad inmensa de asociaciones y de personas que nos dan un ejemplo vital, porque es un desinterés y una entrega a la causa de los animales fuera de todo interés específico, elogiables y constituyen un verdadero ejemplo. Para mí fueron un apoyo impresionante en 1989 y 90, cuando se tramitó la Ley de Protección de los Animales, y para los animales, los que no pueden defenderse porque no tienen voz, y para mí también, siguen siéndolo ahora. Gracias por estar aquí (aplausos desde los escaños y desde la tribuna de invitados).

Y si les parece, en esta primera parte de la comparecencia, quiero acotar el objeto de la misma, de tal manera que después de que hable el señor vicepresidente del Gobierno ya podamos extendernos un poco más. Y lo voy a acotar, en la comparecencia, de forma negativa, es decir, no son objeto de este debate los animales exóticos, que tienen una normativa específica magnífica; no son objeto de este debate tampoco las especies endémicas, aquellas que solamente pueden tener como hábitat el que por naturaleza les ha tocado, y que tampoco plantean ningún problema; no lo son tampoco las especies invasoras, porque esas especies, típicos ejemplos de los animales europeos llevados a Australia, por ejemplo, no plantean ningún problema de cara a lo que vamos a debatir hoy; y, por supuesto, no vamos a entrar en el tema de los animales en peligro de extinción, que están protegidísimos por todas las leyes y tratados internacionales. No, aquí lo que hoy se debate, lo que es objeto de la comparecencia, son los animales asilvestrados en Canarias, excluyendo los animales de dos patas, que son también frecuentes en la política y en la gobernación de nuestro archipiélago. Solamente nos vamos a referir a los animales de cuatro patas y, en particular, a los perros y gatos, que son los que están planteando gravísimos problemas morales, políticos e incluso económicos.

En materia de protección de los animales y su plasmación en cuanto a los animales asilvestrados, la cuestión de debate es erradicación o exterminio. Y esa es toda la cuestión, esa es toda la cuestión. Si hablamos de erradicación porque en algún momento y en algún sitio de nuestro archipiélago constituyen un peligro para la fauna, para la fauna menor, menor a ellos, incluso para la flora, para eso hay soluciones. Nosotros no decimos no a la erradicación en las zonas concretas en que esta proceda. ¿Por qué?, porque se los coge, se los captura, se los cura en su caso, se los esteriliza y se entregan en adopción o se llevan a un albergue. Insisto en que el problema principal se plantea con perros y gatos.

Y aquí tenemos que decir cuál es el concepto de animales asilvestrados, para poder seguir adelante con la cuestión. Es asilvestrado aquel animal que, en un momento previo, ha sido doméstico y que luego, bien por abandono del hombre o bien porque recupera su libertad por una causa distinta y se adapta al medio natural, deja de ser doméstico.

¿Qué quiero yo del Gobierno?, ¿qué quiero yo de don José Miguel Pérez, que sé, que sé, que comparte esa preocupación? Pues quiero que no se repita lo de la orden ministerial que autoriza a los cazadores -y ya luego entraremos otra vez en el tema- a matar, en fechas determinadas, a balazos perros y gatos. Contará con toda nuestra colaboración en la erradicación en aquellos sitios en que sea necesario, pero piense -y de eso hablaremos después- que lo que está ocurriendo en Canarias y particularmente en La Gomera, en Gran Canaria, en La Graciosa, en Lanzarote, especialmente en Yaiza, y que ocurrió en Tenerife hasta que nosotros le pusimos el grito en el cielo a Ricardo Melchior, que enseguida desautorizó la práctica, es una estampa que no nos conviene en modo alguno ante los europeos y norteamericanos que nos visitan, sobre todo en los parámetros vigentes de moral animalista que hoy vive el mundo civilizado.

Después de oír al vicepresidente del Gobierno, seguiremos hablando extensamente del asunto.

(Aplausos en la tribuna destinada al público invitado al acto.)

El señor PRESIDENTE: Un momentito, señor vicepresidente. Sean bienvenidas y bienvenidos todos, pero quisiera hacerles saber que está absolutamente prohibido al público asistente a las sesiones hacer ningún tipo de manifestación, ni a favor ni en contra, ni aplausos ni gestos. Solamente les está permitido a los diputados. Les agradezco, para que lo sepan, lo habrán hecho porque lo desconocen, pero que lo sepan, que cualquiera de sus señorías me puede recriminar que no haga cumplir lo que establece el Reglamento, que es una ley. Muchísimas gracias. Y de nuevo, ya digo, sean bienvenidas y bienvenidos todos a las asociaciones aquí presentes.

Señor vicepresidente del Gobierno, don José Miguel Pérez, tiene la palabra.

El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO Y CONSEJERO DE EDUCACIÓN, UNIVERSIDADES Y SOSTENIBILIDAD (Pérez García): Señor presidente, señorías.

Me sumo al saludo a quienes nos visitan hoy.

Tengo que reconocerle, señoría, que me sorprendió su solicitud de comparecencia, porque ignoraba cuál era el contenido preciso de la misma, puesto que estamos hablando de un asunto cuya competencia básica directa está en estos momentos, desde hace muchos años, en los cabildos y, en su caso, en los ayuntamientos, independientemente de que queda margen en la comunidad autónoma, como lo veremos ahora, en el Gobierno autónomo, para poder intervenir de una u otra forma.

Vamos a ver si podemos expresar cuál es el problema al que nos enfrentamos y cuáles son las respuestas que pueda conciliar, aquello que en un momento determinado, en una reciente serie de televisión, se afirmaba con respeto a la presencia del ser humano en el planeta, ¿no?, que es una especie anómala en la medida en que, al haber tomado conciencia, se está llevando por delante el resto del planeta y quizás la anomalía lo que provoca es que quien tendría que desaparecer es esta especie que está destrozando el resto del planeta. Pero, en fin, sin llegar a eso... Le recomiendo la serie, por cierto, y es una serie reciente muy curiosa, una serie americana.

Efectivamente, estamos hablando de un tipo de animales y, en este caso, de especies que en su día, en su momento, lógicamente conviven con el ser humano de forma doméstica y, por determinadas circunstancias, como bien dice su solicitud de comparecencia, quedan asilvestrados, generando problemas a otras especies, al medio natural, etcétera.

Básicamente hay dos especies de animales que, en el caso de Canarias, se encuentran en situación, digamos, de serio conflicto. Quizá otras tienen menor impacto, pero las que tienen un serio conflicto son, evidentemente, el gato y la cabra, el gato y la cabra, por distintas razones y por distinto impacto. El gato y la cabra en el sentido de que, lógicamente, el gato es un animal que, una vez que sale, especialmente no estos gatos callejeros que encontramos abandonados en las ciudades, sino aquellos que se van a las áreas de bosque, a las áreas rurales, y que luego allí, en un proceso de asilvestramiento, lógicamente son cazadores natos, tienen una capacidad reproductiva altísima y su capacidad de intervención sobre otras especies, incluso autóctonas y endógenas, son de impacto extraordinario, como ha ocurrido con determinado tipo de lagartos en El Hierro, en La Gomera o en La Palma, donde han tenido una intervención además muy decisiva.

Bien. En mi opinión, en mi opinión -y es el esfuerzo que se está haciendo, y luego sacaré un ejemplo que para mí es posiblemente el más relevante de todos-, el tratamiento de este problema no puede ser el de la erradicación absoluta, primero porque no es posible -pensemos que cualquier hembra de gato es capaz de reproducir la especie de forma exponencial y, por tanto, va a ser muy complicado que se pueda producir una erradicación total- y en segundo lugar, porque, efectivamente, hay sistemas y sistemas y en la propia normativa actual tenemos sistemas de intervención que, si los correspondientes programas de intervención, que tienen que ser lógicamente aprobados desde cada cabildo insular, se llevaran adelante, podría darse una perfecta sintonía, sin necesidad de acudir al disparo como elemento esencial -me refiero al disparo de tiro, de escopeta, de bala-. Hay sistemas, y luego explicaré en mi opinión cuál es el mejor ejemplo.

Y el tema de la cabra es también un animal -la cabra asilvestrada- diferente, con capacidad de dañar en este caso, más que a especies animales, a especies vegetales. Hay además estudios concretos y recuerdo uno de La Gomera donde una de las especies prácticamente ha desaparecido por el ramoneo de este animal caprino, que ha terminado prácticamente por liquidarla, entre otras cosas porque estas especies vegetales en Canarias no tienen capacidad de adaptarse a esas circunstancias.

Pero, independientemente de que haya que eliminar población, hay que contemplar, en mi opinión, ventajas que tiene este tipo de animales, y le voy a dar una que, en mi opinión, debería analizarse bien, y es la siguiente. Está muy de moda esto de la agroagricultura o de la agroindustria o de la intervención desde el punto de vista industrial en el mundo de la explotación pecuaria tradicional. Buena parte de las enfermedades del sector ganadero se combaten con mecanismos sanitarios modernos, cuyo impacto en el resto de las poblaciones que tienden a consumir estos animales no sé si es positivo o negativo, pensamos que tanto antibiótico y que tanta intervención habría que estudiar qué impacto tienen. Pero sí sabemos que buena parte de las cabras asilvestradas tienen un origen aborigen. Quiero decir, no son cabras que estén en relación con los procesos de ganadería que habitualmente tienen nuestros rebaños, sino que son cabras cuyos genes entroncan con las cabras, vamos a llamarlas prehispánicas. ¿Qué quiere decir eso? Sería interesante averiguar si, efectivamente, esos ejemplares tienen en sus genes resistencias que hagan posible inmunidades a enfermedades para las que no se requiera, por tanto -estoy hablando en hipótesis-, se requiera, por tanto, el uso de determinada medicación, cuyo impacto luego en la cadena de consumo no sabemos a dónde conduce.

Quiero decir que la erradicación aquí, en mi opinión, sería negativa, la erradicación absoluta, independientemente de que sería bueno, lógicamente, controlar la reproducción incontrolada. En ese sentido, como usted sabe, se están desarrollando algunos programas en algunas islas que tienden a dos cosas. En primer lugar, a mantener el control y la vigilancia sobre estos animales asilvestrados, de tal forma que se cumpla lo previsto en la ley, y es que tienen todo el derecho del mundo a ser atendidos adecuadamente. Incluso, en el momento del exterminio de algunos animales, tienen todo el derecho, como está en la ley, de hacerlo mediante procedimientos que no sean los del balazo, que no sean los del tiro. Lo digo porque, y lo utilizo como ejemplo, para mí el programa más relevante que he podido leer de los que están en marcha en los cabildos canarios es el del Cabildo de Gran Canaria en relación con el gato. Un programa reciente, hecho en este mandato, y que me parece a mí que puede servir de modelo para el resto, donde lógicamente se tiende al control de esta especie, se tiende a un control desde el punto de vista racional y desde el punto de vista de lo que debe ser también la intervención civilizada de esta otra parte de la especie que llamamos ser humano. Bien por los procedimientos de captura, a través de métodos que erradican lo que llamaríamos métodos salvajes, métodos inadecuados; bien por el procedimiento, lógicamente, de intentar averiguar si hay algún ejemplar que lógicamente haya tenido dueño y, por tanto, haya que devolverlo o, por tanto, haya que buscarle nuevo dueño. Esto sobre todo sería más sencillo en animales, no de los que están ya asilvestrados en bosques o en campos, sino en los que están en los entornos urbanos. Y en el último caso, en que efectivamente haya que establecer la eliminación del ejemplar correspondiente, está establecido el protocolo.

Lo digo porque nunca había visto un programa tan bien pensado, tan bien hecho y tan bien formulado como el que hemos visto aquí. Precedido, además, de un diagnóstico que, en mi opinión, es muy riguroso. Diagnóstico que contrasta la situación de esta especie, primero, en el resto de las islas del planeta donde han sido estudiadas; segundo, en Canarias, lo que ha podido ser estudiado, los, vamos a llamarles, destrozos que esta especie animal asilvestrada, digamos a su libre albedrío, está generando sobre otras especies animales, bien sean aves, bien sean lagartos, y, efectivamente, la manera de controlarlo que propone, en este caso, el programa del cabildo nosotros la hemos valorado bien. Valorado bien porque además incluso exige un personal cualificado, que tiene que tener una certificación, donde hemos intervenido en colaboración con ellos para acreditar este mismo personal.

Creo que este es el procedimiento a seguir, en mi opinión. Pero no es un procedimiento sencillo, no lo es para los cabildos, no lo está siendo para los ayuntamientos, donde es muy complicado, y más que de los ayuntamientos de las grandes capitales estoy hablando de los ayuntamientos que están en los límites de las zonas de hábitat que lindan con áreas rurales o con áreas de bosque. Pero, en cualquier caso, siendo, insisto, una competencia de la que nosotros tenemos poca capacidad y tampoco tenemos muchos medios, y tampoco, por qué no decirlo, tampoco hay recursos, sí creemos que estos deben ser los procedimientos.

También es verdad que sabemos que hay otros elementos de intervención, especialmente a través de la práctica cinegética, pero estamos a las puertas de la construcción de la nueva orden que regulará la próxima temporada, que lógicamente nos llega siempre propuesta desde cada uno de los cabildos, y yo encantado de escuchar todas las sugerencias que tengan que hacer en ese sentido.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don José Miguel Pérez, señor vicepresidente.

Los grupos no solicitantes de la comparecencia, Grupo Parlamentario Mixto, don Fabián Martín.

El señor MARTÍN MARTÍN (Desde su escaño): Muchas gracias, señor presidente. Buenas tardes, señorías.

También dar el respetuoso saludo a las personas que nos acompañan, preocupadas por este tema, en sede parlamentaria.

Señor proponente de esta comparecencia, quizás debamos partir de un punto de origen que no queda muy claro, y es el más sencillo de todos, que es definir exactamente qué es un animal asilvestrado, porque a partir de ahí es saber el punto desde el que actuar. Yo he intentado, después de conocer esta acción parlamentaria, he intentado definirlo y me ha sido completamente o he sido yo completamente incapaz de hacerlo. Mire, hay un manual del cazador, que lleva el epígrafe del Gobierno de Canarias, que dice que animal asilvestrado es aquella especie de origen doméstico y otras exóticas que han sido introducidas de manera accidental o voluntaria. Es a todas luces una definición bastante ambigua. Pero si además vemos las instrucciones que se les dan a los cazadores, por ejemplo, para actuar frente a ellos, pues, mire, dice que, en el caso de los gatos, habrá que tener o prevalecer el sentido común para disparar sobre ellos cuando su comportamiento, su aspecto y la lejanía de los lugares habitados no deje duda sobre su carácter asilvestrado. Pero, insisto, respecto al ganado cimarrón, al ganado asilvestrado, generalmente cabras y ovejas, debería ser controlado mediante batidas organizadas específicamente por los cabildos en las que podrían participar los cazadores con las licencias, permisos y armas adecuadas para el caso. Este es el manual, se supone, del buen cazador, que viene respaldado por el Gobierno de Canarias. Luego, lo que los documentos aportan y lo que estamos debatiendo a día de hoy generan cuando menos cierta controversia.

Pero, mire, si tuviéramos claro qué es un animal asilvestrado, probablemente, independientemente de quién tenga las competencias, si son los cabildos o los ayuntamientos, habría una serie de líneas claras por las que circular. Yo tuve la oportunidad de llamar hoy al Servicio de Medio Ambiente del Cabildo de Lanzarote para saber si existía algún protocolo de actuación y lo desconocen. Lo desconocen quizás porque no han tenido la oportunidad de diseñarlo, pero tampoco conocen cualquier tipo de actuación conjunta entre esa institución y el Gobierno de Canarias. Luego, capítulo en blanco por hacer y por crear.

Pero, mire, también, en momentos como los que vivimos, yo creo que es importante tener un apoyo económico para, en caso de que se definan las políticas, implementarlas, y para eso tenemos los programas LIFE de la Unión Europea, muchos de ellos desarrollados en algunas partes continentales que persiguen precisamente nuestro objetivo.

Por todo ello, yo espero, consejero, que en la segunda parte, con la ayuda de todos, seamos capaces de concretar al menos la definición, qué voluntad tiene el Gobierno de implicarse con los cabildos y sobre todo qué capacidad tendremos de apoyar económicamente todas esas políticas.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Fabián Martín.

Por el Grupo Parlamentario Socialista Canario, doña Ana González.

La señora GONZÁLEZ GONZÁLEZ (Desde su escaño): Gracias, señor presidente.

Darles la bienvenida a las asociaciones protectoras de animales que nos visitan en la tarde de hoy.

Señorías, como bien ha explicado el vicepresidente del Gobierno y consejero de Sostenibilidad, la presencia de animales asilvestrados en diversos puntos de la geografía insular está suponiendo un deterioro en los múltiples ecosistemas que presentan las islas. Un deterioro en el cual, en ocasiones, ha trascendido al daño medioambiental, pudiendo suponer un riesgo para la población.

La puesta en marcha de las políticas públicas para erradicar la presencia de estos animales depende de múltiples factores.

Por un lado, si bien las comunidades autónomas son las titulares de la competencia, lo cierto es que en Canarias la misma ha sido transferida a los cabildos mediante el Decreto 111/2002, por lo que, tal y como se ha expuesto, la cooperación administrativa resulta fundamental para afrontar el problema.

Por su parte, la cooperación público-privada juega también un papel relevante por cuanto las actividades de caza han tenido importancia a la hora de controlar estas poblaciones animales. En este sentido el Gobierno de Canarias es el competente para fijar las condiciones y limitaciones a su ejercicio, las cuales se fijan con base en múltiples criterios y en los parámetros que fija la legislación canaria de caza y normativa que se desarrolla. Sin embargo, se da la paradoja de que, en base a esta normativa, no es posible aplicar una solución cinegética a una de las especies que mayor daño hacen a la flora autóctona, como es la cabra asilvestrada, lo que demuestra la dificultad con la que afrontan esta problemática.

En cuanto a las acciones llevadas a cabo por los distintos cabildos insulares en el marco de sus competencias, los mismos se han visto obligados a adoptar medidas, en algunos casos, de carácter urgente.

Señorías, desde el Grupo Socialista entendemos que este es un asunto que precisa de un enfoque transversal: que tengan en cuenta la actual distribución competencial, las especies asilvestradas, las especies amenazadas, sus distintos ámbitos territoriales y el papel que los distintos colectivos privados de caza pueden jugar en las soluciones que se arbitren.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, doña Ana.

Por el Grupo Parlamentario Nacionalista Canario, don Javier Morales.

El señor MORALES FEBLES (Desde su escaño): Muchas gracias, señor presidente. Señorías.

Canarias es uno de los territorios con mayor biodiversidad y por eso todas estas especies que se asilvestran, como estamos diciendo, pues, tanto el gato como la cabra, etcétera, ocasionan impactos negativos sobre aves, aves autóctonas, depredación de nidos, consumo, digamos, forrajero, que amenazan muchas especies de la flora y de la fauna de Canarias. Canarias tiene más de diecisiete mil especies terrestres y marinas que son autóctonas y estos impactos se producen en toda la geografía de Canarias, en el archipiélago Chinijo, en Timanfaya, en el norte de Tenerife, en el acantilado de Los Gigantes, en La Gomera, en la laurisilva en La Palma, etcétera, etcétera, y ha afectado, especialmente el caso de los gatos, a especies tan emblemáticas como es el lagarto de El Hierro, el lagarto de Gran Canaria, también el lagarto gigante de La Gomera, etcétera.

Por todo ello, nosotros creemos que hay un conjunto de medidas que tienen que pasar por la concienciación ciudadana, por la responsabilidad de la ciudadanía con respecto a estos animales, su identificación, y ahí creemos que hacen una valiosísima labor todos los colectivos que hoy nos acompañan, que están con nosotros hoy en este Parlamento, y que de manera voluntaria ofrecen un trabajo desinteresado para resolver, para contribuir de manera importante a resolver este problema.

Al mismo tiempo, como ya se ha expresado aquí, cabildos y ayuntamientos son competentes para las campañas y resolver este problema. Y esto se debe resolver a través de campañas de información, campañas también de esterilización, de control de poblaciones, centros, algunos centros de acogida o familias que adopten estos animales silvestres, en el caso del gato, etcétera, o perros asilvestrados, pero también en el caso de rumiantes como la cabra, etcétera.

El Gobierno de Canarias principalmente debe velar por el control, digamos, la responsabilidad en cuanto a la diversidad, y también en esas órdenes de caza, en toda esa normativa de cacería, para que conjuntamente Gobierno y cabildos, pues, hagan una normativa que contribuya a eso, contribuya a este control y a dar una solución.

Por tanto, uno de los problemas importantes es, como también se ha comentado, el problema económico, los recursos para llevarlo a cabo, y animamos a que todas las administraciones, en la medida de lo posible, en este caso también por parte del propio Gobierno, apoyar...

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Javier Morales.

Para el proponente, el solicitante de la comparecencia, don Miguel Cabrera Pérez-Camacho.

El señor CABRERA PÉREZ-CAMACHO: Señor presidente, señorías.

Control, sí; erradicación, en aquellos casos que sean precisos, también; exterminio, no. Al exterminio nos vamos a oponer siempre. El exterminio es matanza, es matanza innecesaria, es sangre en animales a los que previamente hemos dejado nacer.

Entonces yo estoy de acuerdo con lo que dijo antes el consejero, en un 80%. El problema en Canarias es que tenemos una normativa que difiere. No olvidemos nunca, y este Parlamento no puede olvidarlo, que nosotros, esta Cámara fue pionera en la Ley de Protección de los Animales. Pionera, pionera. No podemos hacer que los principios generales recogidos en la Ley de Protección de los Animales se olviden cuando el legislador de órdenes de consejería empieza a plasmar en esas órdenes cosas distintas que a muchos de nosotros nos pueden parecer repugnantes. Si hay unos principios claros referidos a animales domésticos, por el mero hecho de que esos animales domésticos hayan sido abandonados por el hombre, no se puede desproteger a partir de ese momento a los propios animales que han tenido la desgracia de ser abandonados por el hombre.

Cuando se dicte la próxima orden de la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad, yo, que he oído buenas intenciones y buenas palabras de cara al vicepresidente, le pido que su compromiso sea más firme.

Y, don Fabián, partiendo de que yo sí tengo claro lo que es un animal asilvestrado, intenté definirlo antes pero seguramente no me expliqué bien: aquel que originariamente ha sido doméstico y que, o bien por abandono del hombre o por recuperación natural de la libertad, ha echado raíces en parajes naturales. Sin más. Tiene que existir siempre una de esas dos causas. La principal, respecto de perros y gatos, es el abandono.

Entonces yo lo que les pido, a esos legisladores de órdenes de consejería, es que tengan sentimientos, que cuando vayan a plasmar la siguiente orden, señor vicepresidente, tengan delante también los principios del Código Penal sobre protección de los animales y tengan por delante también la Ley de Protección de los Animales de Canarias, y por supuesto que piensen que esos animales que hoy son asilvestrados lo son casi siempre porque el hombre ha procedido a abandonarlos, casi siempre. El caso de las cabras asilvestradas suele ser distinto, suelen ser cabras de muchas generaciones ya asilvestradas, cosa que no ocurre tanto en los perros y en los gatos. En los gatos un poquito más, en los perros mucho menos.

Pero, fíjense ustedes, cuando la Organización Mundial de la Salud condena este tipo de prácticas diciendo que no son éticas ni prácticas, pero además no son tampoco económicas, y que hay que ir a evitar que se reproduzcan mediante el cautiverio y después la esterilización. Eso lo dice la Organización Mundial de la Salud.

Y yo, con base en estas consideraciones, con base en saber por experiencia personal también de todos nosotros, lo que implicó para el mundo de la protección de los animales la ley canaria del 91 y también para cuidar nuestra imagen ante el mundo, les pido, y le pido a usted, señor vicepresidente, que se comprometa a que en la orden para el año 2015 no entrarán los perros y los gatos, que no entren. Contarán con la colaboración de todas esas entidades para lo que haga falta, pero no hagan que el día de mañana demos ante el mundo la imagen de que estamos permitiendo que los cazadores maten a balazos a aquellos animales, podencos, que ellos mismos han abandonado en etapas de caza anteriores. No lo permitamos. No permitamos que en La Graciosa aparezcan unos cazadores con siete u ocho gatos colgando como trofeos de caza, porque eso denigra la imagen de nuestras islas ante el mundo.

Y es muy sencillo, colaboremos todos, por supuesto, cabildos, ayuntamientos y Gobierno de Canarias, pero, señor vicepresidente, comprométase, comprométase con los perros típicamente asilvestrados por culpa del hombre, los perros y los gatos, y elimínenlos del elenco. Porque, ojo, yo confío en su palabra, yo confío en su buena voluntad y en las intenciones que ha manifestado hoy aquí, pero desde luego, señor vicepresidente, eso no es lo que dice la orden del año 2014; la orden del 2014 faculta a los cazadores para que, en las fechas concretas, se batan perros, gatos y cualquier animal asilvestrado sin límite alguno.

Yo me alegro muchísimo de que hayamos llegado a una aproximación, pero mucho más me alegraría si usted se comprometiera a que en la próxima orden no habrá una mancha que nos aleje a las islas Canarias de la civilización y de la cultura europeas, porque uno de los grandes parámetros para evaluar el grado de civilización de los pueblos es cómo trata a sus animales. Espero que cumpla y que se comprometa ahora.

(Aplausos.)

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, don Miguel Cabrera Pérez-Camacho.

Señor vicepresidente del Gobierno, don José Miguel Pérez.

El señor VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO Y CONSEJERO DE EDUCACIÓN, UNIVERSIDADES Y SOSTENIBILIDAD (Pérez García): Bien. Señor presidente.

Usted ha lanzado un guante, don Miguel Cabrera Pérez-Camacho, que yo voy a recoger de la manera siguiente. Yo le voy a invitar a que cuando tengamos las propuestas y borradores de cada cabildo usted participe en la atenta lectura de lo que de allí va a venir y lógicamente analizaremos -se lo aseguro-, con todo rigor, los contenidos de los cambios que se tengan que hacer. Es una orden que, por cierto, viene sustentada en una ley y en un reglamento que están en función y que permite precisamente esas prácticas desde el año 1998 en Canarias.

Yo voy a leerles, lo digo por despejar cualquier duda, qué dice la normativa en España sobre esto de animal asilvestrado. Lo digo para que quede claro de qué estamos hablando. Dice el Real Decreto 630/2013, por el que se regula el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, se define animal asilvestrado: "Espécimen animal de procedencia doméstica que está establecido y se mueve libremente en el medio natural y no vive ni se cría bajo tutela, manejo ni supervisión de las personas". Esa es la definición que tiene esto.

Vamos a ver, yo creo que, salvo alguna excepción concreta como la que se pudo haber hecho en su día en los islotes de Alegranza y Montaña Clara, donde la existencia de ejemplares de gato era absolutamente lesiva para el medio natural que había allí, efectivamente el exterminio ni se va a poder hacer ni tiene sentido que se produzca como una práctica habitual. Tiene sentido el control, tiene sentido erradicar la proliferación. He hablado de las dos especies más peligrosas en el sentido del impacto que tienen sobre el medio, que son el gato y la cabra. Efectivamente, el perro que se asilvestra hay que decir que es muy muy excepcional en el conjunto de estas especies asilvestradas y que efectivamente es más sencillo de controlar, entre otras cosas porque además es más fácil coger al dueño a través del correspondiente chip, porque muchos de ellos son perros que tenían antes dueño y seguramente tenían esta circunstancia.

Los cabildos pueden hacer esto no solo porque tienen competencias sino porque esta competencia la tienen desde hace catorce años, catorce años, y los ayuntamientos la tienen además desde el año 1991. ¿Hace falta una línea de financiación excepcional externa? En mi opinión, no, en mi opinión, no. Otra cosa es que haya que tener otro tipo de colaboración. Digo "en mi opinión, no" porque es que si empezamos a colaborar con todos ya es que no hay dinero aquí para todos, pero tienen esta competencia, insisto, desde hace catorce años. Es verdad que Lanzarote no tiene un programa, como no lo tiene la mayoría de las islas. Yo he citado el caso excepcional de Gran Canaria, primero porque he visto, por vez primera para la especie del gato, un programa bien confeccionado, bien hecho, de verdad. Sé que no va a ser sencillo ponerlo en práctica, porque lo que está defendiendo ahí es que el gato no se cace y que el gato se controle a través de la captura, por cierto, a través de procedimientos, de procedimientos extraordinariamente compatibles bien con la recuperación del animal, si pudiera ser, que es complicado, si pudiera ser en su momento, en fin, preservado de alguna manera, o bien, si hay que eliminarlo, eliminándolo tal y como dice, efectivamente, la normativa española: que debe ser sin sufrimiento, a través de los profesionales acreditados, etcétera, etcétera.

Que debe producirse ese control creo que no cabe duda. ¿Y por qué no cabe duda? Yo le voy a dejar, si no le importa, el documento este del Cabildo de Gran Canaria, porque hay un análisis, resumido pero muy tramado, desde el punto de vista de la bibliografía que maneja, acerca del impacto que produce esta especie en islas en particular y en sitios como los nuestros, que es considerable, entre otras cosas porque, una vez que se asilvestra, el gato es muy, cómo diría, muy salvaje en el mejor sentido de la expresión, es un auténtico y brillante cazador, y se le tira a lo que se le tira, ¿no?

En fin, el compromiso que me ha lanzado su señoría yo lo recojo, y lo recojo en este sentido, en el sentido de ponernos a estudiar juntos, usted con los técnicos, si quiere, de la consejería y con el responsable de la Dirección General de la Naturaleza, esta próxima orden. ¿Por qué digo esta cautela?, porque no sé exactamente ahora -porque no tenemos el control directo nosotros- cuál es la realidad de cada una de las islas y si en alguna ha podido haber o existe en estos momentos alguna emergencia. No lo sé, en algún caso, pero como en estas cuestiones a lo que habilita la Ley de Caza o el reglamento que la desarrolla es a hacerlo de forma excepcional, el problema es que se ha creado, que la excepción se convierta en regla, que esta excepción se convierta en regla.

Yo estoy de acuerdo en el tema que usted plantea: creo que la captura debe ser la práctica habitual y no el disparo, entre otras cosas porque me parece un elemento poco presentable.

Además compartirá con nosotros un hecho que es muy singular cada vez que llega la temporada de caza. Casi todos los cabildos saben muy bien lo que tienen que hacer, pero cuesta mucho enfrentarse a los deseos de los cazadores y de las sociedades cinegéticas y, por lo tanto, trasladan las decisiones a quien finalmente tiene que tomarlas. Y no vea usted lo que cuesta enfrentarse a la presión de ciertas sociedades, a pesar de que los datos científicos demuestren que en determinadas especies es, en fin, necesario que conserven moratoria. Lo digo porque algunos de los estudios que estoy repasando ahora, pensando en lo que va a ser la orden del año que viene y los quebraderos de cabeza que nos costó la del 2014...; pues, va a ser muy difícil levantar determinadas moratorias. Y lo digo aquí, aunque sé que llegará a quien tiene que llegar, para que, si quieren protestar, que vayan protestando ya, pero ya verá lo que eso significa. Y como el Grupo Popular me ha dicho que me va a apoyar en todo esto, pues, ya verán ustedes la presión que van a tener ustedes como grupo para todas estas cosas.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor vicepresidente del Gobierno, don José Miguel Pérez.