Diario de Sesiones 39, de fecha 8/6/2016
Punto 4

9L/PNL-0205 PROPOSICIÓN NO DE LEY DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA CANARIO, SOBRE SOLICITUD AL GOBIERNO DEL ESTADO EN RELACIÓN CON EL IMPUESTO SOBRE LAS TRANSACCIONES FINANCIERAS.

La señora VICEPRESIDENTA SEGUNDA (Tavío Ascanio): Por lo tanto, la segunda, del Grupo Socialista Canario, sobre solicitud al Gobierno del Estado en relación con el impuesto sobre transacciones financieras.

Informo que a esta proposición no de ley no se ha presentado ninguna enmienda, y tiene la palabra, en nombre del Grupo Socialista Canario, su señoría el señor diputado don Gustavo Matos Expósito.

El señor MATOS EXPÓSITO: Señora presidenta, buenos días.

Señorías.

Miren, dice un famoso tango de Gardel: "Siglo XX cambalache/ (...) Es lo mismo el que trabaja/noche y día como un buey/que el que vive de los otros/ que el que mata, que el que cura/o está fuera de la ley".

Esto decía un tango de Carlos Gardel sobre el siglo XX. Parece que el siglo XXI no lo estamos haciendo mucho mejor. El resto de la letra del tango supongo que la conocen, es magnífica, un poco desanimador, pero describe una realidad que, desgraciadamente, seguimos viviendo.

Y el siglo XXI empezó con las reminiscencias de ese tango, cuando en el 2008 la crisis financiera de Lehman Brothers nos despertó de una forma abrupta, y nos dibujó un panorama en el que nos dimos cuenta de que la economía, mal entendida, le había ganado la partida a la democracia, que los Estados, que los países, que la política habían perdido la capacidad de poder controlar las malas artes, los malos usos de una economía especulativa bajo una ideología que fue triunfando en las últimas décadas del siglo XX, que tenía como máxima de su pensamiento la desregularización, que había que dejar a los mercados que hicieran lo que quisieran y que intervenir en economía..., que los Estados mantuvieran los controles sobre determinadas prácticas económicas era algo del pasado y que generaba, incluso, situaciones negativas para el crecimiento económico y para el desarrollo de los países y de los pueblos. Pero, como les digo, en el 2008 nos despertamos con esta gran mentira que fue el final del siglo XX y en la que, desgraciadamente, siguieron estando los primeros años del siglo XXI, estamos viviendo una ya larga crisis, durísima, cuyo origen es precisamente la derrota de la política frente a las malas artes, insisto, a las malas prácticas financieras y económicas de algunos, pero que, desgraciadamente, las hemos pagado todos y las seguimos pagando todos, sobre todo aquellos que nada tenían que ver, que nada tuvieron que ver, que ninguna responsabilidad tuvieron sobre aquella gran mentira que explotó en el año 2008.

El capital, las transferencias viajan a la velocidad de internet por el mundo sin control, los Estados se han quedado viejos, el concepto de Estado-nación está superado desgraciadamente. Todavía nos está costando saber cuál es la fórmula, la solución a esta situación. Todavía las democracias occidentales andan como un elefante cuando, insisto, el capital se mueve a golpe de click. Y esta es la realidad de las cosas.

La reciente carta del ministro de Mariano Rajoy a la Comisión Europea lo pone de manifiesto, seguimos inmersos en un estado de shock. La política todavía no ha sido capaz de imponerse a este tipo de prácticas que desgraciadamente siguen golpeando, insisto, a los más débiles. Por eso es curioso que cuando algunos proponen o llevan proponiendo durante muchas décadas que se graven las transacciones internacionales, pongan todo tipo de pegas y de inconvenientes para decir que es una mala práctica, que es una práctica antieconómica, cuando realmente lo que ha resultado antieconómico es que los Estados, que la política se retirase de la economía. La mal llamada tasa Tobin, cuando Tobin la inventó para otra cuestión que no tiene nada que ver con lo que se propone ahora, que es gravar las transacciones internacionales, pero algo hay que hacer mientras los Estados se organizan y sean capaces de internacionalizar, para que la globalización de la democracia también sea una realidad no solo la globalización de las transacciones internacionales, de los negocios. Tenemos el Tratado de libre comercio negociándose casi a escondidas en algunos aspectos en los que los Estados democráticos van a seguir perdiendo capacidad de influencia, la política va a seguir perdiendo capacidad de influencia sobre la economía y el panorama no parece, insisto, que mejore.

Por eso creemos que es imprescindible que este Parlamento le mande un mensaje claro al Gobierno en funciones de España, que tiene un reto importantísimo el próximo día 17 de junio en la próxima reunión del Ecofin donde se va a decidir si finalmente Estados como España deciden imponer la denominada tasa Tobin o un impuesto a las transacciones financieras. Fíjense que estamos hablando, según algunas cifras, de transacciones que en solo un día pueden mover alrededor de cuatro billones de dólares, en un solo día a nivel mundial. Una tasa que se está estableciendo en un 0,1 % para transacciones financieras, digamos, normales y en un 0,01 % para aquellas que son de mercados de derivados. Se calcula que en España esta tasa podría recaudar alrededor de unos 4000 millones de euros al año. Puede parecer mucho, pero a mí me parecen pocos, porque, si los comparamos con los casi 100 millones de dinero público que se ha llevado el rescate a un sector financiero, el español, de dinero público, de los impuestos de los ciudadanos a los que luego esa misma crisis les ha estado apretando día tras día y cuya solución de momento exclusivamente ha venido de la mano de los recortes sociales, de los recortes de libertades, de tratar de que los que no tenían ninguna culpa con lo que había estado pasando terminaran por ser quienes pagasen duramente los abusos que otros habían estado cometiendo, además con la gran paradoja de que las desigualdades sociales en este período se han disparado. Hay gente que ha ganado muchísimo dinero estos años, las clases medias han desaparecido prácticamente.

Y, por tanto, poner sobre la mesa, impulsar desde la política con las poquitas herramientas que todavía a los Estados democráticos les quedan, que es simplemente gravar con un pequeño porcentaje estas transacciones internacionales, parece de justicia que se apruebe. Pero el Gobierno del Partido Popular lo está bloqueando. Y esta es la realidad.

El día 17 de junio, en la reunión del Ecofin, España debe comparecer con una posición clara, una posición que represente el sentimiento y la opinión mayoritaria de los ciudadanos de este país, y no solamente de unos lobbies o de los que siempre han mandado, de los que originaron aquella gran estafa, aquel gran quilombo, aquel gran cambalache del siglo XX.

Por eso yo hoy les pido en nombre de mis compañeros del Grupo Socialista que aprobemos esta proposición no de ley, para que el Parlamento de Canarias inste al Gobierno de Canarias, para que a su vez lo haga al Gobierno de España, a que defienda lo que considera justo la mayoría de los ciudadanos de este país, que es que esas transacciones internacionales tributen. Parece lo más justo. Y yo le pido especialmente a los representantes del Partido Popular una cuestión, sé que están en funciones, sé que el Gobierno está en funciones, pero miren, si están en funciones para mandar a Soria al Banco Mundial, espero que también lo estén para tomar la decisión valiente de apoyar esta tasa Tobin, o mal llamada tasa Tobin.

Muchas gracias, señorías.

La señora VICEPRESIDENTA SEGUNDA (Tavío Ascanio): Pasamos a la intervención de los grupos políticos. En nombre del Grupo Mixto, tiene la palabra doña Melodie Mendoza.

La señora MENDOZA RODRÍGUEZ (Desde su escaño): Gracias, presidenta.

La tasa Tobin podría ser una gran solución para evitar la especulación financiera y regular mejor los tipos de cambio en el tráfico internacional.

Es cierto que es una iniciativa que intenta implantarse sin éxito desde el 2011 y que solo han decidido ponerla en práctica 11 países de la Unión Europea -10 después de que este año Estonia abandonara las negociaciones-. También es cierto, señorías, y hay que decirlo, que de la idea original solo queda el concepto. Mucho se ha negociado y después de las sucesivas reuniones del Ecofin, donde los respectivos países han hecho valer sus objeciones, se habla de que, de aprobarse, esta será una medida descafeinada que buscará una implantación gradual y que no gravará todas las transacciones financieras. Pero, incluso así, el Gobierno de nuestro país, que es uno de los más obstruccionistas al proceso, quiere que no se graven las transacciones sobre la deuda pública, de la que somos tan dependientes, por un endeudamiento excesivo de las arcas públicas estatales.

Muy al contrario, nosotros creemos que es una medida deseable y que se debe frenar el afán especulador de las entidades financieras que tanto daño han hecho con su contribución directa a la situación de grave crisis económica de los últimos años, en la que apenas se actuó a pesar del lamentable episodio de rescate financiero que vivió nuestro país y de la que los ciudadanos no hemos visto ninguna repercusión más allá de la imposibilidad de conseguir financiación.

El primer problema que supuestamente implica la imposición de esta tasa es que nuestros bancos perderán competitividad ya que la medida queda limitada a pocos países referidos dentro de Europa. Consideramos, sin embargo, que en un Estado social los beneficios para las arcas públicas son mucho más importantes que la pérdida de un porcentaje de los dividendos de accionistas de unas entidades privadas; entidades que no tuvieron reparo para ponerse ellas mismas en riesgo y, lo que es aún peor, arriesgar los ahorros de los ciudadanos a través de operaciones financieras internacionales de alta volatilidad.

Señorías, un poco más de responsabilidad con el dinero ajeno no le hace mal a nadie. Matizamos, sin embargo, que por temporalidad la iniciativa que hoy se plantea habría sido más eficiente si se hubiera sustanciado en plenos anteriores. Ya la reunión del 25 de mayo pasó, señor Gustavo, y la del 17 de junio está a la vuelta de la esquina, aunque, a un par de días de la apertura oficial de la nueva campaña electoral, no está de más que el ciudadano sepa dónde se posiciona cada uno de los partidos. Que quede constancia de quienes apuestan por un modelo que frene la especulación financiera, que evite que las entidades financieras hagan grandes movimientos de capital al extranjero (Se reincorpora a la Presidencia el señor vicepresidente primero, De la Hoz Fernández) y que se nutra de cambio de divisas, alterando el valor del cambio de la moneda. Esta es, sin duda, una cuestión que afecta al ciudadano de a pie más de lo que parece.

Por todo, apoyaremos esta iniciativa para impulsar...

El señor VICEPRESIDENTE PRIMERO (De la Hoz Fernández): Gracias, señora Mendoza.

Por Nueva Canarias, el señor Rodríguez.

El señor RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ (Desde su escaño): Señor presidente. Señorías.

Nosotros estamos de acuerdo con esta tasa porque son décadas de discusión sobre la necesidad de establecer mecanismos de control sobre las transacciones financieras, que son, seguramente, el negocio mundializado más especulativo y de mayor riesgo. Y hemos vivido las consecuencias de la especulación del sistema financiero en la grave crisis que se inició en el 2008 y que nos acompaña hasta estos días, y seguramente durante años; es aquí el origen de esta grave crisis que luego contagió la economía y contagió, en definitiva, la vida de la gente, de manera que cualquier mecanismo de control, de seguimiento, y, desde luego, una tasa, un impuesto, un mecanismo de control y seguimiento será bien recibido.

Lo que pasa es que los que ya peinamos canas no nos creemos nada. Esta es una decisión que tiene que ser supranacional, tiene que ser de organismos internacionales, esto y la persecución de los paraísos fiscales constituirían un avance sustancial en el control -insisto- de estas actividades profundamente especulativas, en manos de muy poca gente que no tiene controles en los gobiernos nacionales, y las organizaciones internacionales tampoco ejercen ningún tipo de control.

Nosotros siempre hemos defendido esta tasa, y la vamos a apoyar, porque es una cuestión positiva, pero sí decimos que, desgraciadamente, el poder financiero es un poder extendido, penetrado, que se impone a los gobiernos legítimos, que está por encima de los parlamentos de representación popular, y el mejor ejemplo han sido los siete años de crisis y la capacidad de decisión que tiene el capital internacional.

En cualquier caso, me parece una expresión de buena voluntad que este Parlamento se pronuncie a favor de la tasa Tobin, y, por tanto, a favor del control de las transacciones financieras, y lo vamos a apoyar, porque siempre hemos estado en esta tesis, desde posiciones muy minoritarias, cierto es que esta crisis financiera ha hecho avanzar estas posiciones, y hoy se discute en ámbitos institucionales relevantes, aunque sean minoría, pero hace diez años, hace quince años, era absolutamente impensable, y, al menos, la dichosa crisis que estamos sufriendo ha puesto en evidencia la enorme especulación de esta parte de la economía, la economía financiera.

Por lo tanto, apoyaremos esta iniciativa. Y sería deseable que algún día también sacáramos aquí un pronunciamiento con relación al otro problema gravísimo que tenemos, que son los paraísos fiscales, que son esos lugares tan denostados por la opinión pública pero que siguen siendo lugar para residenciar, legal o ilegalmente, el dinero de todos. Por tanto, apoyar la iniciativa, aunque estemos poco esperanzados en que los niveles en los que se toman estas decisiones estén dispuestos a hacerlo, porque el poder ahí se expresa con claridad.

El señor VICEPRESIDENTE PRIMERO (De la Hoz Fernández): Gracias, señor Rodríguez.

Por el Grupo Podemos, señora Delgado.

Aprovecho para saludar a las alumnas y profesoras del IES César Manrique, que nos acompañan hoy en la sesión plenaria, después de haber ganado un concurso de debate en la isla de Lanzarote. Felicidades y bienvenidas.

(Se reincorpora a su lugar en la Mesa la señora presidenta).

La señora DELGADO LUZARDO: Buenos días, a todas las personas que nos están escuchando. Buenos días, señorías. Gracias, presidente.

El impuesto a las transacciones financieras corre el riesgo de no entrar nunca en vigor. La ausencia de voluntad, la falta de determinación de muchos países europeos y las presiones de los lobbies financieros relegan al olvido una ambición que permitiría desincentivar los movimientos especulativos de los mercados financieros, disminuir la volatilidad del mercado, y nos ofrecería mayor información del sector, a la vez que se fomentaría la inversión en la economía real.

Es evidente la falta de apoyo del PP a este impuesto. Pero es que lo más gracioso es que ellos se escudan en que no están en disposición de tomar decisiones, dada la situación de falta de formación de gobierno. Si bien para rechazar a las personas refugiadas que llegan a suelo europeo no tuvieron la más mínima duda de tomar decisión.

Pero preocupante ha sido también la falta de alusión a este impuesto en el pacto fallido entre PSOE y Ciudadanos. Quizás es una muestra más de que ese pacto derivaba en sus políticas económicas a la derecha, porque Ciudadanos no defiende la puesta en marcha de ese impuesto. Así que parece que el PSOE se plegó a sus exigencias.

Este impuesto es una cuestión de justicia fiscal, de carácter redistributivo y de apuesta por la economía real. Las entidades financieras se están beneficiando de una tributación más baja que el resto de los sectores económicos. Pero no solo eso, son también los que se han beneficiado en las operaciones de rescate financiadas por todos los contribuyentes europeos. Y lo peor de todo es que han sido las grandes causantes de la crisis en la que han metido al mundo entero. Es asombroso y preocupante ver cómo muchos dirigentes políticos se pliegan a los intereses de estas élites financieras, que lo único que causan a su alrededor es injusticia, pobreza y desigualdad. Eso demuestra, una vez más, lo dirigido que está el mundo...

La señora PRESIDENTA: Señora Delgado, disculpe un momentito.

Por favor, ruego a sus señorías silencio, porque hay un murmullo. Pero lo hago siempre, y les pido señorías que lo hagan siempre -tengo el tiempo parado, señora Delgado-, porque el diputado o diputada que está interviniendo quiere que le escuchemos.

Muchas gracias, señorías.

La señora DELGADO LUZARDO: Gracias, señora presidenta.

Lo que decía. Esto demuestra, una vez más, lo dirigido que está el mundo, no por la política, ni por las ideas, sino por los intereses económicos y codiciosos de unas pocas personas poderosas, avariciosas, insensibles, e incluso diría inhumanas, y también por unos cuantos más, que miran para otro lado, por mantener sus puestitos de poder y sus carguitos de confianza.

Pero así es la vida. Y una vez más la historia nos dice y nos repite que solo las movilizaciones de la sociedad pueden conseguir logros contra la desigualdad, la pobreza, la destrucción de los recursos naturales o el cambio climático. Será solo la ciudadanía, directamente, y no una representación parlamentaria, la que pueda conseguir que el sistema financiero asuma su responsabilidad social.

Mientras tanto, apoyemos esta PNL, porque al menos nos dará tranquilidad de conciencia.

Gracias, señor Matos, y tendemos la mano...

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Delgado.

Continuamos, por el Grupo Popular, señor Rodríguez.

El señor RODRÍGUEZ PÉREZ (don Jorge Alberto): Señora presidenta.

Hago uso de la palabra para fijar la posición del Grupo Parlamentario Popular en relación con esta proposición no de ley, relativa al impuesto sobre transacciones financieras. Les anuncio, obviamente, el voto contrario del Grupo Parlamentario Popular.

Una ley de este estilo, señorías, no tiene sentido si no es aceptada por todos los países, y no solo por los países miembros de la Unión Europea, por lo cual se plantearía un problema muy grave de localización de inversiones, que ya lo sufrimos en cada Estado internamente por las peculiaridades que tenemos, incluso, en la Unión Europea.

Creo, señorías, que los ciudadanos, los canarios, se merecen que nos dediquemos a debatir sobre los problemas que sí existen hoy en Canarias, como, por ejemplo, el 27 % de paro, que es algo muy grave, y eso sí que requiere reflexión y acción inmediata, y no hablar de crear nuevos impuestos por los Estados miembro de la Unión Europea.

Con este impuesto, señorías, se trata de poner freno a las operaciones de comercio exterior, es decir, se trata de volver a las políticas del franquismo, basadas en las restricciones a las operaciones con el exterior; se trata de un impuesto, señorías, contra el comercio mundial; se trata de un impuesto contra el desarrollo, porque grava todo tipo de operaciones de comercio exterior; es un impuesto, señorías, antisocial, lo vean ustedes como lo vean, es un impuesto nocivo para los países en desarrollo y es la antiayuda al desarrollo; se trata de un impuesto nocivo para el sector exportador, al gravar todo tipo de operaciones sobre el comercio exterior; se trata de un impuesto nocivo también para la actividad turística, para el sector turístico; se trata de un impuesto extremadamente nocivo para la inversión extranjera, ya que grava la inversión productiva que quedaría realmente afectada con este impuesto.

Sería, por tanto, un impuesto antisocial, contrario al empleo y contrario a la economía productiva. Lo último que necesita, señorías, la economía española en estos momentos son nuevos impuestos. La economía española necesita justamente lo contrario, reducciones de impuestos para inyectar renta a las economías domésticas, renta a la economía de nuestras empresas.

Por tanto, este grupo parlamentario va a votar rotundamente no y de forma contraria a esta proposición no de ley.

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rodríguez.

Continuamos con el Grupo Nacionalista, señor Cabrera.

El señor CABRERA GONZÁLEZ: Buenos días, presidenta. Señorías, muchísimas gracias.

Desde el Grupo Nacionalista anunciar nuestro apoyo, expresar nuestro apoyo, aunque sabemos que ya el Grupo Socialista la presentó en su momento en el Congreso de los Diputados, pero es importante que también los parlamentos autonómicos la promuevan.

Esta iniciativa, que se ha hablado mucho durante casi el último medio siglo, cada vez que se impulsa al mismo tiempo parece que se desinfla, es decir, la presión que se ejerce sobre los gobiernos estatales es mayor que el interés muchas veces por sacarla.

Como decía el proponente, recuperar el principio de la tasa Tobin casi medio siglo después, ese impuesto sobre las transacciones financieras, que hay que recordar que está respaldado por la ONU, por el G-20, por la Comisión Europea, por el FMI inicialmente, y, por supuesto, también el Gobierno de España lo apoyaba en su momento, no es nuevo.

En fin, los objetivos son frenar esos movimientos especulativos de los mercados financieros, frenar la especulación. Por tanto, no tiene por qué ser negativo para la economía de un país, sobre todo cuando estamos hablando de que el 80 % de las operaciones financieras son esencialmente especulativas. Por lo tanto, se habla, como se ha dicho aquí también, de disminuir la volatilidad del mercado al reducir este tipo de operaciones, proporcionar información sobre un sector que ahora mismo es bastante opaco, que se caracteriza por ser de los más opacos, y sobre todo por ir dando estabilidad a los mercados e incentivos de inversión en la economía real, que es esa, la economía real, la que crea empleo.

Pero es, sobre todo, una cuestión de justicia, las entidades financieras, aparte de tener una tributación más baja que el resto de los sectores, se han beneficiado, y lo hemos visto en especial a través del Gobierno de España, de las operaciones de rescate pagadas con recursos públicos. Por lo tanto, en cierto modo ayudaría a devolver a los contribuyentes parte de los beneficios que se han sacado de estos rescates.

El planteamiento es que sea un impuesto progresivo y redistributivo, de manera que el grueso de la recaudación será soportado por un grupo pequeño de personas de altos ingresos y entidades como fondos de inversión, mientras que las operaciones bancarias corrientes no estarían gravadas, por lo que los contribuyentes individuales apenas lo notarían.

Ahora, lo que se dice también y lo que dicen gobiernos y funciones multilaterales, ONG, economistas progresistas, es que el carácter finalista de este impuesto tiene que ser destinado para paliar las consecuencias de la crisis financiera en programas sociales y de lucha contra la pobreza, aunque también hay que tener en cuenta que posiblemente algunos pretendan ir a reducir el déficit público. El Gobierno en España sí apostó por esto en su momento, y ha sido el Gobierno de Rajoy quien se ha ido desmarcando de su postura inicialmente e intentando solo ir a lo que es la compra-venta de acciones de las grandes compañías.

La señora PRESIDENTA: Se acabó su tiempo, señor Cabrera, muchas gracias.

Señorías, han intervenido todos los grupos parlamentarios, no hay enmiendas, por tanto, vamos a votar (La señora presidenta hace sonar el timbre de llamada a votación).

Señorías, comienza la votación (Pausa).

Señorías, 46 votos emitidos: 36 síes, 10 noes, ninguna abstención. Por tanto, queda aprobada esta proposición no de ley.

Muchas gracias, señorías.