Diario de Sesiones 50, de fecha 25/10/2016
Punto 26
9L/C-0737 COMPARECENCIA DEL GOBIERNO -VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO Y CONSEJERA DE EMPLEO, POLÍTICAS SOCIALES Y VIVIENDA-, INSTADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO PODEMOS, SOBRE LOS RECURSOS DE LOS PROCESOS DE ACOGIMIENTO FAMILIAR.
La señora PRESIDENTA: Corresponde la comparecencia ahora, la 737, del Grupo Parlamentario Podemos a la consejera, a la vicepresidenta, perdón, y consejero de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda, sobre los recursos de los procesos de acogimiento familiar.
¿Quién va a defender la comparecencia? Señora Del Río.
La señora DEL RÍO SÁNCHEZ: Buenas tardes, señora presidenta. Viceconsejera. Doy la especial bienvenida a las Asociaciones de Familias Acogentes de Canarias -Asfaca- y de Familias Adoptivas y Acogedoras -Afaic-. Muchas gracias por estar aquí.
Y, bueno, por fin, vamos a hablar de este tema. A la tercera dicen que va la vencida y parece que toca hoy que por fin hablemos del sistema de acogimiento familiar en Canarias y cómo está afectando la nueva ley que entró en vigor en julio del año pasado en este sistema.
Antes que nada, quería agradecer la visibilidad que está teniendo últimamente este tema, porque creemos que es un tema muy importante que ha estado muy desconocido, que ha estado muy pocas veces en la agenda política de los partidos y creemos que toca profundizar, y no solo para hacer crítica de las cosas que no funcionan, que existen realmente, sino para plantear... El otro día en una reunión me preguntaban: ¿por qué este interés por las familias acogedoras, por el sistema de protección? Pues es un interés, desde hace mucho tiempo, que las familias adoptivas y acogedoras saben muy bien, que llevan muchos años luchando y batallando, porque son las que están a fin de cuentas de cerca con los niños y niñas que están en desamparo, y que nos parece que no es un problema solo ni de este Gobierno ni de Canarias en concreto, sino es un problema general. Creemos que es un problema estructural que a nivel de Estado ocurre. El sistema de protección de menores no funciona todo lo bien que debería funcionar. Las familias acogedoras, que como recurso es la alternativa que la ley recomienda a las niñas y niños declarados en desamparo por encima del acogimiento residencial, tampoco están funcionando todo lo bien que deberían. Sabemos que hay conflictos, conflictos, no hay tanta bolsa de familias como debería haber y las que hay pasan muchísimo tiempo esperando para ser asignadas, y hay una serie de desencuentros que nos parece que es importante que abordemos y que trabajemos para intentar solucionar.
En política pensamos que hay distintas maneras de abordar los conflictos. Una es negar la mayor, no existe conflicto y entonces no se hace nada; otra es reconocer que hay algún problema y se ponen parches y se intenta solucionar puntualmente; y otra, que es la que pensamos que habría que hacer en este caso, es ser radical, en el sentido de ir a la raíz del asunto; es decir, hay que darle una vuelta, hay que analizar por qué, casi desde el año 85, desde la democracia, todo el sistema y sus distintas y sucesivas leyes que se han ido aplicando han generado conflictos. No estamos a la altura de los países más progresistas de Europa y esto perjudica sobre todo a nuestros niños.
Yo voy a hablar de algunos datos pero no muchos, porque lo que a mí me gustaría realmente aquí es que estuviesen las familias acogedoras contando cómo lo viven y contando su experiencia. Como de momento en los parlamentos aún no tienen voz, yo en la segunda parte intentaré dar voz a un pequeño testimonio de una de las familias.
Y ahora mismo, pues, decirles algo que me parece muy importante, y es que cuando un niño o una niña es declarado en desamparo es una situación muy difícil para la Administración que tiene hacer ese desamparo, pero lo es, imagínense, para ese niño o niña que de pronto, sin entender muy bien cómo ni por qué, tiene que separarse de su familia, de su gente, de su casa, de sus cosas y va, con suerte, a una familia extensa, que puede ser un tío, una abuela o, en el mejor de los casos, si no va a un centro, a una familia ajena de la cual no conoce nada ni sabe nada.
¿Por qué es importante que demos este paso y por qué es importante que los niños y sobre todo, especialmente, como así recoge la ley, entre 0 y 6 años estén en familias y no en centros? Pues les vamos a explicar por qué, y voy a leer la introducción de un libro de Niels Peter Rygaard, El niño abandonado, que creo que en poquitas palabras expresa muy bien la importancia de este tiempo. Dice: "Las competencias sociales y emocionales de los niños y niñas, futuros adultos, se construyen durante los primeros años de vida. El apego es un programa de comportamiento innato de los primates y en particular de los humanos, cuyo objetivo es aumentar las probabilidades de protección y supervivencia del recién nacido. El apego es una puerta de entrada al mundo, a la vida, un primer contacto, que se va cerrando hacia los tres años. Este sistema de protección se basa, principalmente, en la proximidad física y el contacto entre la madre y el bebé. Si este proceso es perturbado, el bebé desarrollará luego un conjunto de reacciones y conductas sociales anómalas. Un drama que afecta a un número cada vez mayor de niños y niñas".
Bueno, ante esto, yo le voy a hacer tres preguntitas en esta primera fase.
Cuando la Administración da el paso tan complejo y difícil de declarar un niño en desamparo, le pregunto: ¿está siempre suficientemente preparada para asumir la responsabilidad de garantizar los derechos de esas niñas y niños, poniendo por encima el interés superior del menor?, ¿están las familias acogedoras suficientemente formadas y preparadas para asumir la complejidad emocional y temporal que implica...?
La señora PRESIDENTA: Señora Del Río, se acabó su tiempo.
La señora DEL RÍO SÁNCHEZ: (Sin micrófono).
La señora PRESIDENTA: Un minuto más.
La señora DEL RÍO SÁNCHEZ: Es que son importantes estas preguntas.
¿Están las familias acogedoras suficientemente formadas y preparadas para asumir la complejidad emocional y la temporalidad que implica el acogimiento familiar, especialmente en familia ajena? Y la tercera: ¿cuentan las familias acogedoras, extensas y ajenas, con los recursos y apoyos suficientes para hacer bien su trabajo, un trabajo tan sensible y trascendente y determinante en la vida de estas criaturas?
Me gustaría que pudiese contestar y después hablamos en la siguiente parte.
Gracias.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Del Río.
Señora vicepresidenta.
La señora VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO Y CONSEJERA DE EMPLEO, POLÍTICAS SOCIALES Y VIVIENDA (Hernández Gutiérrez): Gracias, señora presidenta. Gracias, señora Del Río.
En un momento no entendía muy bien el objeto de la comparecencia, cuando usted expuso un modelo de crianza que es el del apego, pero que es voluntario y que nada tiene que ver con por supuesto las mujeres que optan por otro tipo de crianza. Es un método de crianza tan válido como el del apego. Y vuelvo, sí, al tema de la comparecencia.
Cuando hablamos de menores -y estoy encantada de hacerlo tantas veces en esta Cámara-, debemos dejar claro que es el menor el que se sitúa en el centro mismo de nuestras acciones y decisiones. Absolutamente todas las decisiones que se toman están orientadas a buscar lo mejor para los menores que están bajo la tutela del Gobierno de Canarias.
Dejando clara esta premisa, sitúo esta intervención en el ámbito del acogimiento familiar, porque es exactamente lo que usted nos pide. Como saben, existen diferentes recursos para los menores en desamparo, como el acogimiento residencial y el acogimiento familiar. Quiero recordarles que cuando hablamos de acogimiento familiar nos referimos al acogimiento de menores declarados en desamparo. Algunos están acogidos en las familias llamadas extensas, a las que usted ha hecho alusión, aquellas personas con las que tienen alguna relación de parentesco -abuelos, tíos, etcétera-, y cuando por distintas razones sus padres no pueden hacerse cargo de ellos. Estamos hablando, con cifras de 2015, de 1119 menores que están en familia extensa, 526 con medidas y 593 en situación de hecho, que están siendo revisados actualmente. A esta fórmula se le añade el acogimiento en familia ajena, que frente al acogimiento en familia extensa la característica que tiene es que el menor va a una familia con la que no tiene ninguna relación de parentesco. Actualmente los acogimientos en familia ajena en nuestra comunidad autónoma son 140, aunque trabajamos con la expectativa de llegar a 150-160 en los próximos meses.
También es importante decir que en acogimiento especializado, que es el de menores que presentan necesidades especiales, como enfermedades crónicas, discapacidad física, psíquica, sensorial, etcétera, somos la comunidad autónoma con más acogimientos, con un total de 29.
No podemos perder de vista lo esencial en esto, señoría, que no es otra cosa que el bienestar y el desarrollo de los niños y niñas y adolecentes que necesitan el acogimiento. Nuestro esfuerzo va encaminado a ofrecer a los menores, a las menores, las mejores condiciones para su desarrollo personal, y piense que son menores que bastante tienen ya con la situación que están pasando.
Como bien saben, la nueva ley, que es por lo que usted me pregunta, trajo consigo cambios orientados a garantizar que los menores reciban algo más que la mera atención asistencial, más allá de un techo y comida. Se persigue conseguir las mejores circunstancias para educar y preparar al menor de cara a su vida independiente. Esto se realiza mediante una atención integral en diferentes ámbitos, como el educativo, la inserción sociolaboral, el apoyo psicológico e incluso las ayudas económicas.
Entro ahora, señorías, en la explicación del procedimiento que hemos activado para garantizarles a nuestros menores en desamparo esas mejoras en su sistema de protección, que es la primera de las preguntas que usted me hacía. Seguimos un procedimiento que consiste en los siguientes pasos: el interesado se acerca, se le informa, presenta su solicitud, es formado, formado, por la consejería a través de programas de formación específicos como paso previo a presentar su solicitud y, por último, pasa un proceso de valoración de idoneidad a través de los técnicos de la Dirección General de Infancia y Familia y si la obtiene, esa idoneidad, se le asigna un menor en desamparo, siempre de acuerdo al perfil y características que el niño o la niña necesita. Es decir, no es un niño para una familia, es una familia para ese niño. Digamos que pasa a estar disponible.
Además es importante señalar que se ha logrado establecer procesos de formación con carácter periódico, un curso por trimestre, y superar las barreras geográficas, y en ese camino... Se trabaja a veces online, esa formación.
En resumen, todo el proceso está diseñado para buscar que las condiciones de la familia candidata -y esa es la palabra que antes no encontraba-, la familia candidata, digamos, se adapte lo mejor posible a las necesidades del menor o la menor.
Voy a explicar el proceso más detenidamente. Primero comenzamos por lo que creemos que es imprescindible, que es la promoción, sensibilización e información. Como saben, en diciembre de 2015 abrimos una campaña de información sobre el acogimiento, instando a explicar y concienciar sobre las necesidades de los menores con medidas de protección, de desarrollar su vida en un contexto familiar. Se interesaron 600 familias y el proceso sigue en curso.
Abrimos también perfiles en redes sociales para promocionar el acogimiento familiar especializado y así llegar a más gente y más lejos.
Por primera vez, se ha establecido un proceso claro, lo que ha supuesto que aumente más de un 70 % de personas que se interesan y reciben información.
La ley nos marca como objetivo que redujéramos al máximo los menores de 0 a 3 años que estaban en centros de la comunidad autónoma, porque tanto la ley como nosotros creemos que de forma general se encuentran mejor con una familia. Además a principios de este año hacíamos un doble esfuerzo para conseguir lo mismo en los niños de 3 a 6 años. Esto, por supuesto, exceptúa cuando la madre está en el propio centro, que está acompañada de la madre, o ya situaciones en las que, pues, tiene otros hermanos y que va en otras condiciones dentro de los centros.
Como decía, el balance es claramente positivo, porque, aunque saben que las cifras son totalmente cambiantes, como la realidad, que también es cambiante, ajustamos las prioridades en función de los menores. Hemos conseguido en estos meses tener un banco de 96 familias acogentes preparadas y formadas.
No quiero dejar escapar la oportunidad y agradecer a las familias canarias que ya acogen niños y niñas y que se han ofrecido y se siguen ofreciendo para ello.
En segundo, nuestras acciones siguen con la formación. Una vez que las familias interesadas reciben la información, rellenan una ficha y un cuestionario inicial de motivación. Además deben realizar una formación, que se imparte online. Sin esa formación de seis meses de validez no es posible continuar el proceso. El objetivo es que las familias estén preparadas, como paso previo a enviar la solicitud.
El tercer paso es la solicitud de prevaloración. A continuación se hace un estudio de idoneidad que, con el resultado de las prevaloraciones, decide si la familia solicitante es o no idónea para el acogimiento. Todos los técnicos implicados valoran y trabajan con el objetivo, una vez más, de adaptarnos lo más posible a las necesidades, no de la familia, sino a las necesidades del menor o de la menor.
En mayo del 2016, y una vez se presenta la solicitud, la propuesta técnica de la Comisión de Atención al Menor se realiza en los siguientes cuarenta y... -a partir de mayo, desde mayo de 2016 quería decir-, se realiza en cuarenta y cinco días naturales, lo que ha supuesto un gran avance temporal.
Todo este proceso concluye con la asignación o no del menor a la familia solicitante y con su integración. Para conseguir esto, todos los recursos y personas implicadas, desde los técnicos hasta la familia acogente, se coordinan y esfuerzan para que el aterrizaje del menor en el nuevo entorno sea lo mejor para él o para ella.
Una vez más, el menor ocupa el centro de todas las acciones. Todo gira en torno al objetivo de que, entre todas las administraciones y la familia acogente, podamos ofrecerle las mejores oportunidades posibles. Por eso este nuevo procedimiento hace tanto hincapié en la formación a la que usted aludía, y que estoy totalmente de acuerdo con usted, en el recurso y los apoyos suficientes para las familias que optan por la acogida, y en lo que necesita el menor, porque para cada uno de los niños y niñas buscamos una solución a su medida. Todos estamos de acuerdo en que un menor no es igual que otro menor y, por lo tanto, es importante no pensar en ese chip que teníamos de darle asistencia, un techo, la comida, sino en buscar... Tenemos el menor y hay que buscar la familia que se adapte a las necesidades del menor y darle todos los instrumentos, no solo para saber si es idónea o no, sino para darle todos los instrumentos, para que en ese proceso, que es complejo, como bien sabe usted, se pueda culminar con un acogimiento, pues, de éxito.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, vicepresidenta.
Continuamos. El Grupo Mixto, señora Mendoza.
La señora MENDOZA RODRÍGUEZ: Gracias, presidenta. Buenos tardes, señorías. Buenas tardes, señora consejera.
Señora consejera, aunque durante los últimos años se haya hecho un gran esfuerzo en materia de educación y prevención dentro del ámbito familiar, aún son muchos los menores declarados en desamparo. Es verdad que la ley de infancia y adolescencia, que entró en vigor el pasado 18 de agosto de 2015, ha supuesto un paso adelante. Hoy hay más protección, se prima el acogimiento familiar por encima del residencial, lo que será preceptivo en caso de menores de 3 años, para los que ya no se requiere intervención judicial.
Se ha establecido, además, una mayor protección para los colectivos especialmente vulnerables, como los menores extranjeros, y se da prioridad a las medidas estables frente a las temporales, así como a las soluciones consensuadas frente a las impuestas. Destacable es también la protección más allá de los 18 años, especialmente importante en los menores extranjeros no acompañados.
Permítame que le recuerde los datos que nos facilitó usted el pasado abril, cuando nos informó de que la acogida residencial se prolonga una media de tres años y cuatro meses. Nos dijo también que para los menores en desamparo que están en acogimiento con una familia extensa el plazo es de seis años y dos meses y que el referente en familias ajenas, es decir, sin ningún tipo de parentesco, es de un año y cinco meses.
Nos informó, asimismo, de que están registrados 1358 menores en desamparo, de los que 699 están en residencias y 659 en familias. De todos estos datos el que más nos llama la atención es que 16 tienen entre 0 y 3 años y 38 entre 3 y 6. Usted ha vuelto a reiterar en su intervención que lo importante es que sean acogidos por familias. Nosotros queremos saber, de estos datos que usted nos facilitó, cuántos niños se encuentran exactamente en residencias y cuántos en familias acogentes actualmente.
Entendemos también que se impone la coordinación entre administraciones, pues, como sabe, también puede haber muchos casos sin detectar, y es fundamental además que trabajemos la prevención. La tutela administrativa debe ser el último recurso para un niño.
Y ya que he nombrado la prevención aprovecho para recordarle la necesidad que tiene la isla de La Gomera de que se cree el equipo insular con respecto a los menores. Sé que desde la consejería se está trabajando en ello pero el tiempo apremia y, aunque yo sé que se va a llegar a realizar, que se va a materializar, porque usted así nos lo ha hecho llegar, es la única forma que nosotros tenemos para poder seguir manteniendo un número tan bajo de niños en desamparo, que actualmente y gracias a Dios tenemos.
Agrupación Socialista Gomera la invita a que, pese a las dificultades económicas, no deje de poner todos los recursos necesarios para evitar la tutela administrativa, asegurar la detección y la prevención, y por supuesto sume al conjunto de las instituciones. Es responsabilidad de todas las administraciones que sumemos en una causa como esta.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Mendoza.
Corresponde el turno a Nueva Canarias, señor Campos.
El señor CAMPOS JIMÉNEZ (Desde su escaño): Gracias, señora presidenta.
Cuando hablamos de acogimiento familiar, creo que debemos siempre intentar ir al paso previo. El acogimiento familiar se producirá siempre, en cualquier circunstancia, cuando previamente ha habido un menor declarado en desamparo. Y ahí es fundamental la perfecta coordinación entre todas las administraciones, en que cada una asuma la parte que le corresponde.
Teníamos ocasión hace pocas semanas de compartir espacio con la vicepresidenta y con el director general, cosa que aplaudimos. Igual que antes fuimos tremendamente críticos con su gestión en materia de vivienda, creo que esos son pasos adecuados, sobre todo en políticas como la que nos ocupa, la de menores, en la que el ámbito partidista debe intentar quedar siempre relegado a un segundo plano y la cooperación entre las distintas administraciones es fundamental. Allí poníamos de manifiesto cómo en ocasiones ese paso previo, la declaración del menor en situación de desamparo, no se produce con toda la celeridad o con toda la implicación de según qué administraciones, a veces por cercanía, a veces por falta de recursos, y ese es un elemento esencial.
A partir de que eso se produce, si es necesaria, que debe ser la primera prioridad, llega la segunda. Y ahí entró en vigor una ley que creo que ha venido a humanizar y a dignificar y poner como eje nuclear al menor, por encima de la familia, la familia biológica y por encima de la familia de acogida final. El elemento central, la máxima prioridad, empezaba en el menor, y creo que eso fue un acierto.
Por tanto, seguir insistiendo en algunas de las medidas que han puesto en marcha. Nosotros decíamos en aquel momento que siguen faltando recursos, recursos para intentar hacer cada vez más ágil ese acogimiento familiar, ese proceso por el que finalmente el niño pasa de un centro, con todo el cariño, con toda la atención que se le puede dar, pero obviamente no es el espacio natural, no es el espacio más adecuado para recuperar probablemente muchos de los problemas y de las carencias que no tuvo con anterioridad. Por tanto, recursos para que sea mucho más ágil.
Es cierto que entramos en la dicotomía sobre la garantía absoluta de que el menor va a la mejor familia y acelerar los procesos cuanto antes sea posible para que esté en el seno de una familia, bien sea extensa o bien sea de acogida. Por eso, en ese sentido, incremento de recursos para agilizar. Cuantos más profesionales tengamos trabajando en este ámbito, esa bolsa de la que usted habla, que creo entenderle todavía no usada, por decirlo de alguna manera en esa expresión coloquial, que quizás no sea lo más apropiado cuando estamos hablando de lo que estamos hablando, creo que es un paso adelante.
Veníamos planteando desde hace muchísimo tiempo la necesidad de dar a conocer a la sociedad canaria que es importante implicarse. Bueno, creo que sí se ha publicitado, está obteniendo resultados importantes y los verdaderos beneficiados van a ser nuestros niños y nuestras niñas, y en ese sentido creo que tenemos que felicitarnos todos como sociedad y a usted, pues, ese plus de recursos económicos y humanos...
La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Campos.
Turno ahora del Grupo Popular, señora Luzardo.
La señora LUZARDO ROMANO: Gracias, señora presidenta. Buenas tardes, señorías.
En primer lugar, también darles la bienvenida a los representantes, a todas las asociaciones que hoy nos visitan.
Y yo quería empezar diciendo que quiero creerle, señora consejera, quiero creerle que efectivamente usted está revirtiendo la situación que nos describió en abril de este año. Porque usted nos dio unos datos allí que yo no sé exactamente qué ha pasado, porque nos dijo que había 700 familias acogentes, que eran aptas. Lo que no sabemos es si ahora lo que hay son 140 familias, que acaba de decir que podrían ampliarse a 160, con la idoneidad, o sea, que han terminado todo el procedimiento. Y queríamos saber también cuánto se tarda, porque esto es muy importante, desde que una familia va y se informa hasta que hace la solicitud y luego, por último, lo más importante, el niño está con esa familia, porque se considera que es la más idónea para ayudarle. Porque en la idoneidad, que es muy importante, hay unos procesos en los que incluso hay familias a las que se caduca el procedimiento y no se les asigna o no tienen la posibilidad de acoger al niño.
Yo creo que estamos hablando de un tema muy sensible, un tema además que es triste, porque al final qué ha pasado... El año pasado, en diciembre, usted hizo una campaña de comunicación. Le hemos preguntado qué ha pasado con esa campaña. Y lo importante es cuántos niños hoy no están en centros institucionalizados. Yo el dato que tengo es que hay 699 niños. Estos es verdad que son datos de antes del verano y nos parece que, hombre, hay que hacer un esfuerzo mucho mayor. Yo le voy a poner un ejemplo, que me reuní esta semana. Usted sabe que hay algunas ONG que están trabajando precisamente el acogimiento familiar. Le voy a poner el ejemplo de la Cruz Roja. La Cruz Roja está trabajando en Castilla-La Mancha, en Castilla y León, en Asturias, en Galicia, y le pregunté, "y, bueno, ¿y por qué no trabajan aquí con la consejería?": "porque no se han sentado". O sea, muchas veces tenemos que coger a algunas ONG del tercer sector, que están especializadas y están trabajando en otras comunidades autónomas y que seguramente son más ágiles que la propia Administración, porque también tienen un voluntariado, tienen unas relaciones que a veces trascienden mucho más, y es más importante a la hora de conseguir que un niño esté en un familia. Yo creo que eso lo tenemos todos muy claro. El problema de estos niños lo sabemos, es que no saben ni dar un beso, o sea, todos los que tenemos esa experiencia... (La señora Luzardo Romano interrumpe su discurso al emocionarse).
Gracias.
(Aplausos).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Luzardo.
El Grupo Socialista, señora Cruz.
La señora CRUZ OVAL (Desde su escaño): Gracias, señora presidenta.
La familia, sin duda, es el lugar adecuado para que crezcan los niños y las niñas, es donde aprenden, es el lugar donde se les da no solo conocimiento sino apego, donde reciben cariño, donde reciben seguridad. Pero desgraciadamente hay menores en esta comunidad y en el territorio nacional en que las familias son vulnerables y hay menores en situación de desprotección, y a esos menores hay que aplicarles la mejor medida de protección. La mayor parte de los menores son acogidos en familia extensa. Eso supone que no se separa a los menores del entorno familiar.
La familia como institución ha sufrido, el acogimiento familiar como institución ha sufrido en los últimos años cambios importantes, especialmente con la ley a la que hacía referencia la proponente de esta comparecencia, la ley de modificación del procedimiento jurídico de protección al menor. Con esa modificación se contemplan diferentes tipos de acogimiento familiar, por ejemplo surge el acogimiento familiar de urgencia, cambia el perfil de los menores y también las características de las familias.
Quiero hacer referencia a unos datos que nos ponía sobre la mesa la señora vicepresidenta y consejera de Políticas Sociales, y hacía referencia a que, a fecha de 31 de diciembre de 2015, había en Canarias 1988 menores con medidas de protección. De esos 1988 menores 733 estaban en acogimiento residencial y 1255, en acogimiento familiar. ¿Esto qué significa?: que hay un cambio sustancial, que estamos adaptándonos a la nueva ley de protección jurídica del menor. El 64 % de los menores canarios que tienen una medida de protección están en acogimiento familiar, frente al 36 % que está en acogimiento residencial.
Hay un cambio sustancial. La ley de protección jurídica del menor es bastante ambiciosa y quiere que se les dé una respuesta lo más individualizada, lo más personalizada posible a los menores que están en situación de desprotección. ¿Eso qué significa?: que hay un cambio sustancial; ya no es que se busca un menor para una familia, se busca una familia idónea para este menor que está en una situación de desprotección.
Desde el Grupo Parlamentario Socialista queremos valorar positivamente el cambio que ha tenido la Dirección General de Protección al Menor del Gobierno de Canarias, dando una respuesta...
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Cruz Oval. Se acabó su tiempo.
Por el Grupo Nacionalista, señora Luis.
La señora LUIS DOMÍNGUEZ: Gracias, señora presidenta. Señorías, señora vicepresidenta. Saludar también a las asociaciones que nos han querido acompañar en este debate.
La legislación estatal en materia de protección de menores está básicamente recogida en la Ley Orgánica 1/96, de protección jurídica del menor. Efectivamente, todo este sistema regulador ha sido recientemente actualizado mediante la Ley 26/2015 y la Ley Orgánica 8/2015. Y en materia de acogimiento familiar esta actualización recoge importantes mejoras, entre las que a mí me gustaría destacar la desjudicialización del acogimiento, la priorización de las medidas de protección familiar frente a las residenciales, sobre todo para los menores de seis años -ya se ha dicho aquí-, la creación con rango de ley del Estatuto del Acogedor o la supremacía del interés superior del menor, colocar al menor en el centro del sistema, como aquí se ha comentado también.
La comunidad autónoma, como sabemos, dispone de su propia normativa. Somos conscientes de los esfuerzos que está haciendo el Gobierno de Canarias en esta materia a través del Programa de Acogimiento Familiar, ya lo explicaba la señora vicepresidenta, en las mejoras que se introducen en relación con el acogimiento institucional, tanto en la dotación como en la mejora de la gestión de los centros, y fundamentalmente en la preparación del menor de cara a su vida independiente mediante la atención integral en distintos ámbitos, pero evidentemente aún es mucho el camino que queda por recorrer, tanto en materia normativa, que hay que actualizar, como en otras cuestiones que es preciso mejorar y en algunos casos corregir e incluso implantar. En ese sentido, en la agenda legislativa del Gobierno figura la modificación de la ley del menor, se trabaja en el II Plan Integral del Menor y nosotros le proponemos, porque nos parece importantísimo, que se estudie la posibilidad de implantar cuanto antes el Estatuto del Guardador en el Acogimiento Familiar, porque consideramos que es un magnífico instrumento de orientación para el ejercicio del acogimiento familiar.
Tenemos claro que el acogimiento familiar no es una adopción sino una medida de protección a la infancia temporal, hasta que puedan volver con sus familias biológicas. Si no es posible, pues, ya se estaría en otro escenario y las medidas serían otras. Pero sería muy importante, señora vicepresidenta, por los casos que se han dado y se siguen dando en situaciones de menores en acogimiento familiar, que se pueda valorar técnicamente el uso del artículo 18, Supuestos excepcionales, más teniendo en cuenta la actualización normativa que establece la supremacía del interés superior del menor.
Por último, hay medidas que es preciso tomar para corregir dificultades que ponen de manifiesto las familias de acogida, entre otras Asfaca. El tiempo no me va a permitir abordarlas, pero sí informar de que estamos preparando y estamos trabajando en una PNL, junto al Grupo Socialista, y esperamos contar con el resto de grupos de la Cámara, para abordar estas dificultades, que no son solo del ámbito social sino del sanitario, del educativo y de otras áreas.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señora Luis.
Grupo proponente de nuevo, señora Del Río.
La señora DEL RÍO SÁNCHEZ: Bueno, somos muy conscientes, señora consejera, de que lo importante y que el foco de la cuestión es el bien superior del menor, del niño y de la niña. De ahí partimos y eso lo tenemos clarísimo. Ahora bien, sabiendo que cuando una familia de origen está en conflicto, o sea, hay conflicto en la familia de origen, parte de la solución de ese conflicto es la familia acogedora, porque la mejor solución cuando a un niño tienes que sacarlo de una familia es introducirlo en otra familia. Sin duda. A cualquiera de nosotras o de nosotros nos preguntan aquí, si nos ponemos enfermas y no tenemos recursos y nos tienen que ingresar y dejamos a nuestros hijos, ¿dónde querríamos que fuesen, a un centro o con otra familia? Yo creo que la respuesta sería clara, que todo el mundo preferimos eso. Y cuando hablo de apego, no hablo de un modelo determinado de apego, sino de lo importante que es el afecto, que es la razón por la cual, en los menores de 0 a 3 años, se recomienda en la ley, incluso de 0 a 6, que estén dentro de familias acogedoras y no en centros. Por muy buenos que sean, por muy buenos profesionales que haya, nunca cubrirán esas necesidades afectivas y emocionales que necesita un niño.
El objetivo del acogimiento familiar es que los menores -eso lo sabemos, es temporal- retornen a ser posible con sus familias de origen. Ese es el mejor de los pronósticos. Si no, que se queden con su familia extensa. Y en el tercero de los casos, con familia ajena en busca de una solución definitiva, que en este caso sería la adopción, en el caso de no haber posibilidad de retorno.
Teniendo claro todo esto y teniendo en cuenta que el tiempo es poco y que aquí habría que hablar muchas cosas, porque salen muchos hilos colaterales de cada parte, voy a centrarme en pequeños textos que explican un poco, para quien no conozca tanto lo que es la familia acogedora, lo que significa su implicación, la potente herramienta que es como recurso para apoyo a una criatura; es decir, cuando las familias acogedoras están realmente preparadas y son idóneas, desde luego son maravillosas, porque tienen más claro que nadie cuáles son las necesidades de la criatura y mejor que nadie hacen ese papel imprescindible.
Cuento un pequeño... voy a leer un par de estrofas: "Al principio fue difícil. Nos conocimos en agosto de 2014 a las seis de la tarde y, hora y media más tarde, ya estaba en casa. Fue un cambio brutal para él, ni nosotros estábamos preparados. El camino en coche hacia casa estuvo lleno de llanto angustioso del niño, con 2 años, y llanto silencioso de nuestra hija, de 8 años, y nuestros tensos silencios. Por muchas charlas o cursos que te den o por muy convencida que estés, de repente tienes un niño que no conoces ni te conoce, que ha pasado por circunstancias en su vida que desconoces y que no puede aplicar. Tu vida, relativamente controlada, deja de serlo: por las noches no duerme, tiene pesadillas, llora dormido... Te hundes de pena. No ves la luz: '¿dónde me he metido?'. Pero poco a poco las cosas cambian: el niño se va calmando y va confiando en ti, tú vas entendiendo qué le pasa y vas aprendiendo qué funciona con él y qué no; ya duerme más tranquilo y sobre todo está contento, se muestra muy cariñoso y es muy expresivo con sus sentimientos. Y tomas conciencia de que ya es tu hijo, aunque sea por un tiempo, y que todas las dificultades que vas encontrando forman parte de la maternidad. Somos una familia ahora de cuatro personas. Sientes que él te necesita muchísimo y que tú no puedes ni quieres fallarle, a veces lo haces mejor, otras peor. Tú y toda tu familia se entrega a él por completo, sin pensar que un día la situación cambiará, porque él se lo merece y porque es tu elección. Él también te da muchísimo, te compensa afectivamente de una manera increíble. Vives el día a día: va al cole, al logopeda, al parque, a la playa, a casa de los abuelos, de los primos. Para nuestra hija es su hermano, ratos estupendos y ratos peleando, como todos los niños y como todos los hermanos. Y llegó el día, en breve se marcha, sabía perfectamente que era una situación temporal y que se iría con su familia". Hablamos de que era un acogimiento de urgencia, que como mucho tiene que ser de seis meses.
"Bueno, el objetivo y nuestro compromiso como familia de acogida es que mientras la familia no pueda o no sepa cuidar de sus niños, cuidarlos nosotros, mimarlos, quererlos como propios, ponerles límites, ayudarlos cuando se caen... Vamos, lo que hacen todos los padres y madres responsables es nuestra función".
"En su caso se va con una familia de adopción. Me dio un vuelco al corazón. Y empieza un calvario de sentimientos, de dudas, de temores, de miedos: ¿qué será de él?, ¿cómo será su nueva familia?, ¿cómo se adaptará?, ¿podremos evitar que se sienta abandonado de nuevo? ¿Cómo nos afectará a nosotros? ¿Y nuestra hija? Pierde un hermano. ¿Nos dejarán mantener el contacto o dejaremos de verlo para siempre? Porque en nuestros corazones siempre estará".
"Tú vas intentando mantener el tipo y lo empiezas a preparar a él. Tiene casi cuatro años y han pasado ya dos. 'Va a venir tu madre a buscarte, qué guay'. Él te mira como si la cosa no fuera con él. No entras tampoco en muchos detalles, porque no tienes ratos, no sabes cuándo, no sabes cómo, no sabes con quién. Lo que tienes claro es que harás todo lo que esté en tu mano para que no hagan lo mismo que le hicieron cuando llegó a tu casa, pasarlo de unas manos a otras como un paquete".
"Y lo peor de esta experiencia te da en la cara. La Administración a veces va a ritmo de palacio, va despacio. Diez meses desde el aviso de su partida y sigue aquí. ¿Por qué? ¿Porque no hay personal para realizar todo el trabajo? ¿Porque hay muchos casos? ¿Porque hay cambios organizativos en el programa? ¿Porque hay que revisar todos los papeles con lupa? 'No puede haber errores', me dicen; y yo digo: 'porque no conocen al niño, las personas que manejan los papeles no lo han visto nunca, ni en fotos, porque se trata el tema como una cuestión administrativa y no humana'. 'Qué bien, mientras mas tarde, mejor', dice nuestra hija. Y él ajeno a la situación, feliz, tranquilo, plenamente adaptado, ilusionado con lo que ahora toca, las vacaciones de verano. ¿Pero cuándo va a llegar su estabilidad? Pues cuando la Administración asuma que los papeles que manejan a su ritmo tratan la vida de una persona. Que un niño de cuatro años sigue esperando por su familia definitiva, que una familia sigue esperando por encontrarse por fin con su hijo. Y en eso estamos ahora, aprendiendo a vivir con la incertidumbre y disfrutando de un agotador y maravilloso niño de cuatro años, que llegó para un ratito y ya van dos años. Con todo, no tengo ninguna duda de que la experiencia ha valido, vale y valdrá la pena, y de que mi familia es mejor desde que él entró en nuestras vidas, porque los niños y las niñas son lo mejor de este programa".
"No podemos, aunque quisiéramos, obligar a las familias de origen biológicas a asumir maternidades y paternidades responsables, pero sí podemos y debemos exigir a la Administración pública que asuma la tutela de estos menores de manera responsable y resuelva su situación de la mejor manera, en tiempo y forma. Nuestros niños y niñas lo merecen, tienen derechos. Para un niño el tiempo es vital, no se pueden eternizar los tiempos en las familias de acogida, aunque el niño esté feliz. En este caso concreto, ¿no creen que hubiese sido mejor tener una familia definitiva con tres años en lugar de casi con cinco? ¿No hubiese sido mejor su despedida si hubiese estado un año en lugar de dos? ¿Esto tiene que ver con los tiempos y las formas? ¿No se hubiese adaptado mejor si hubiese llegado a nuestra familia de otra manera, si no se hubiese desligado completamente de su vida anterior? Argumentos nos dan: 'era necesario'. '¿Por qué?': 'no sabemos, los niños se adaptan', dicen, 'ellos se olvidan o no se acuerdan'. ¡Qué disparate!"
"No quiero terminar sin hacer mención al papel de las familias de acogida en el programa. Con todo lo que les he contado, ¿cómo creen que nos sentimos? ¿Entenderían ahora que las familias que, una vez que se ha eternizado el tiempo de los niños en su casa, luchan por que no se vayan... (ininteligible)? Estoy segura de que el programa sería una medida eficaz y eficiente para los niños y niñas en situación de desamparo si, entre otras cuestiones, escucharan de verdad lo que decimos las familias de acogida. Conocemos mejor que nadie los niños y las niñas con los que convivimos y somos las principales y en muchos casos las únicas garantes de estabilidad y felicidad. Otro gallo nos cantaría si la Administración nos reconociera como aliadas y no como adversarias. Porque ¿no tenemos en común lo más importante, el interés superior del menor?".
Aquí acaba la carta.
Y yo digo, la campaña de captación de familias acogedoras es sin duda, la mejor campaña es el boca a boca de las propias familias. El relato de las experiencias que, pese a su complejidad, son gratificantes, la satisfacción de amar y de proteger, pero también lo que las familias reciben de las criaturas, lo que hace que se enganchen y sigan formando parte del programa de familias acogedoras. Un programa que es necesario que exista y que además permanezca, porque las familias acogedoras con experiencia, cuando se despiden de sus criaturas, son excelentes familias acogedoras para el siguiente niño y lo que no puede ser es que una mala gestión agote la posibilidad de un recurso.
Las familias nos han hecho una serie de demandas. Hacen un apoyo crítico al sistema, y es un apoyo. Lo que quieren es participar, trabajar más en conjunto con la Administración para solucionar esos problemas que hacen que las cosas se dificulten.
Hablamos de la triada del acogimiento, de la importancia, el niño, la niña, es lo más importante y después tenemos que coincidir y armonizar de la mejor manera posible los intereses de la familia biológica y de la familia acogedora, que es la que está haciendo ese trabajo. Es muy importante que la Administración y los técnicos que trabajan para ella nunca olviden esa perspectiva, que remen todos en este sentido. Para eso, quizás, que sean los mismos equipos los que trabajen con las tres partes, no como ocurre muchas veces, que hay una parte que trabaja con la familia acogedora, otra parte con la familia biológica y cada una tira de alguna manera, y es lógico, desde sus lealtades, hacia un lado.
Es un tema imprescindible, creo que hay mucho trabajo por hacer. Yo estoy contenta, y nuestro partido, especialmente en Podemos, estamos trabajando mucho en esto en distintas comunidades autónomas y nos parece fenomenal que se pongan en la cabeza de intentar cambiar, y la ley esta ayuda, es una buena herramienta, pero hace falta hacer mucho más. Y es verdad, como decía antes algún compañero, que este no es un tema tampoco de partidos, es un tema de ponernos todos juntos, porque solo trabajando de forma conjunta podemos conseguir que nuestras niñas y niños tengan un mejor futuro.
Muchas gracias.
(Aplausos en la tribuna destinada al público).
La señora PRESIDENTA: Gracias, señora Del Río.
Ruego al público asistente que se abstenga, ruego al público asistente que se abstenga de hacer valoraciones a favor o en contra, lo dice el Reglamento, y entiendo que suscite las ganas, lo entiendo, pero también entenderán que lo digo siempre.
Señora vicepresidenta.
La señora VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO Y CONSEJERA DE EMPLEO, POLÍTICAS SOCIALES Y VIVIENDA (Hernández Gutiérrez): Gracias, señora presidenta.
Y aprovecho para en mi segundo turno dar la bienvenida a los representantes de las familias, que no di en mi primer turno de intervención.
Y, si me permiten, voy a empezar por algo que ya he comentado aquí otras veces. Los que están al mando de los papeles, y sobre todo en mi consejería, los trabajadores públicos, son conscientes, en los departamentos que yo dirijo, son conscientes de la sensibilidad no solo que hay sino de cada movimiento, de cada papel que podría retrasarse un poco los efectos que tiene. Y creo que lo dije hace dos plenos: a mí me faltan trabajadores públicos, esa es la realidad, pero los que se han quedado son inmensos, tienen una capacidad de trabajo y una sensibilidad... Porque fíjese en que es un área -y se entiende- con mucha presión, es un área con sinsabores y que, cuando se abrieron los concursos públicos, probablemente los que estaban ahí porque les tocaba se fueron a otras consejerías, quizás con menos problemas, y los que están, las que están, lo hacen con una vocación tremenda. Cuando se dice el tema de lo de los expedientes, de verdad, es que hablar con ellos... Otra cosa es que al otro lado tampoco se entienda que puedan cumplir una ley o que tengan que cumplir un plazo, pero los que están... Y podemos decir que no son suficientes para atender todas las demandas, pero es que los he visto, sé cómo trabajan, sé cómo se quedaron...; comentaba cómo se quedaban por las noches desde diferentes áreas. Me faltan trabajadores públicos en la consejería, eso sí, pero los que están son -discúlpenme que lo utilice-, son la leche; o sea, tienen un grado de implicación y de compromiso en cada una de las áreas, porque se han quedado por vocación, porque tienen vocación pública y tienen vocación de defensa de esto, de los menores, de las políticas sociales y demás.
Otra cosa es que se pueda trasladar la sensibilidad y que puedan decir, como bien decía la carta de la... Que, por cierto, creo, si no me equivoco, señora Del Río, que escribió en el nuevo proceso otra carta -que, bueno, supongo que a efectos de tiempo-, pues, reconociendo los avances que se habían producido en el otro tránsito que tuvo que hacer la familia de acogida a familia de adopción. Mi director general, si no me equivoco, me ha pasado dos, esa y otra, pero no importa. Le digo que sé que es verdad que antes se alargaba en el tiempo y que esta ley, pues, ha sido un avance, una ley nacional que ha sido un avance, y que ha logrado consensos precisamente para lo que hemos hablado aquí, para poner al menor en el centro. Antes se lo comentaba a la señora Luzardo pero como no lo dije por los micros, los datos que yo estoy dando son a tenor de la petición de comparecencia de la señora Del Río y son datos de adaptación a la nueva ley. Por tanto, hay más cifras. Hay que revisar los acogimientos que ya están y traerlos a la nueva normativa, y hacer todo ese proceso de formación. Y por supuesto ahora todas las familias nuevas que vayan a ser, que quieran ser familias de acogida, pues, tienen que llevar ese nuevo proceso de adaptación, porque antes no... Con respecto a la anterior ley, en fin, pues, con garantizarles unas condiciones mínimas, sí, al niño -techo, comida...-, ahora el escenario ha cambiado, la normativa ha cambiado y es mucho más proteccionista, más garantista. También implica más esfuerzo de la Administración, en formación, que es fundamental, y renovable esa formación, no solo en el primer proceso, ese apoyo técnico al que usted aludía, y que es imprescindible darlo a lo largo del tiempo. Y además, antes se llevaba, pues, nos vamos a dos años... Claro, cuando te vas a dos años, lo normal es que te alargues más allá de dos años, porque es muy difícil limitarlo así. Tú barajas 24 meses, pues, igual 23, quieres hacer la asignación, el proceso de adopción o vuelta, lo que decida el juez, y ya se te va el plazo. Y también es cierto, no es posible, no es bueno ni para el menor ni para la familia de acogida, pero sobre todo para el menor, que se extienda en el tiempo. Eso hay que traerlo, entonces se tiene que empezar a trabajar, pues, antes e ir renovando los procesos de formación.
Y, fíjese, que yo quería comentarle una cosa. El Consejo General del Poder Judicial realizó unas jornadas para ver los procesos de adaptación a la nueva ley y la comunidad autónoma participó para contar la experiencia; es decir, que se reconoce que en la adaptación a la nueva ley, pues, estamos un poco a la vanguardia de adaptarnos a la nueva ley, que, claro, probablemente sea porque nos la creemos mucho. Y no es una ley hecha aquí pero que la compartimos absolutamente y estamos implicados en llevarla a la práctica a todos los efectos. Insisto, y para esto, antes hablaba el portavoz de Nueva Canarias de recursos... Probablemente, nosotros queríamos repetir la campaña de acogimiento ahora en diciembre, que también nos parecen unas fechas apropiadas para hacer otra y que, como se alarga en el tiempo... Señora Luzardo, se alarga en el tiempo, porque fíjese que incluso estamos hablando del tiempo de la formación de un trimestre, que requiere... Entonces, claro, no es inmediato, sino que desde el inicio, desde que te dan la cita, luego vas, pasa tiempo pero porque se requiere... Otra cosa es luego, cuando ya tú tienes el certificado de idoneidad, que tú ya eres, digamos, estás en la bolsa de familias, pues, ya ahí sí se te puede asignar otro menor con más rapidez, pero ese tiempo, sobre todo porque son nuevas familias, o la adaptación a la nueva ley, pues, requiere un proceso. Además dese cuenta de que estamos revisando los acogimientos que ya están, porque también hay que adaptarlos a la nueva normativa, y eso, pues, requiere personal, requiere tiempo para poder... Pero los nuevos que se están haciendo, los nuevos acogimientos ya se están haciendo con base a esa normativa.
Les decía que estábamos intentando que esa campaña se hiciera otra vez en diciembre, que nos parece una fecha apropiada y que tuvo mucho éxito. No sé si vamos a poder porque el presupuesto está cerrado. Hemos pedido la aceptación pero, si no lo hacemos en diciembre, pues, la solicitaremos en enero, porque es muy conveniente hacerla para ir refrescando también a las familias. Yo creo que usted y yo, señora Del Río, hemos hablado alguna vez de que necesitan también un respiro, por el bien de los niños que luego se les asignan.
Y yo sin más, porque yo creo que no hay mucha polémica, invitarles a ese encuentro que hicimos, que podamos hablar y debatir de cosas más concretas, de cosas más especiales, podamos seguirlo prolongando en el tiempo. Para los que me escuchan hicimos, pues, un encuentro de todos los portavoces parlamentarios para hablar del tema de menores, en el que me parece que sí es verdad, como bien decían muchos de los portavoces, que tiene que estar fuera de la confrontación entre partidos y que nos une... y que hay cosas que, bueno, que quizás no hay que comentar. Casos concretos que no se pueden comentar desde aquí, de la tribuna. No es lo mismo que hablemos de otra cosa, de vivienda o demás. Poder hacerlo en otro espacio, más tranquilo y con más detalles, con más tiempo.
Y darles las gracias, empezaba por los trabajadores públicos, a todos las familias de acogida y las que no han recibido el certificado de idoneidad pero que también se han presentado y que están pasando..., no han sido certificadas idóneas pero que han mostrado su solidaridad, y todos aquellos que nos escuchan, que, como bien decía la carta, recibimos más en realidad de lo que damos, siendo que lo que dan es mucho, y creo que, no solo la Administración, no solo las familias biológicas sino que todos debemos estar agradecidos a su esfuerzo, al cariño y las ganas de hacer las cosas bien.
Muchas gracias.
La señora PRESIDENTA: Gracias, vicepresidenta.
Hemos concluido esta comparecencia.
(El señor secretario segundo, Gómez Hernández, ocupa un escaño en la sala).