Diario de Sesiones 31, de fecha 28/3/2012
Punto 3

· 8L/C-0321 Comparecencia del Gobierno, instada por el Grupo Parlamentario Mixto, sobre el copago en los servicios sanitarios.

El señor presidente: Siguiente comparecencia: del Gobierno, instada por el Grupo Parlamentario Mixto, sobre el copago de los servicios sanitarios.

Don Román Rodríguez tiene la palabra.

El señor Rodríguez Rodríguez: Hay un bolígrafo que me voy a quedar (Refiriéndose a un bolígrafo que encuentra en la tribuna de oradores).

Señorías, primero, a mí me parece bien que en un Parlamento se debatan ideas. Lo que sí debemos evitar es la personalización de los debates, pero si en algún sitio se está para contrastar ideas y sensibilidades es en un Parlamento, y a mí no me alarma.

Aprovecho mi intervención para lo que era: el copago. Miren, cada vez que hay una crisis económica, en los países donde los sistemas sanitarios son públicos, que no son todos, se reabre el tema de la financiación y resurge como el Guadiana el copago. Un concepto antiguo, vinculado a los sistemas sanitarios públicos, que en el momento del uso se establece una determinada tasa. No iba a ser menos esta crisis económica que las anteriores y en esta crisis económica se ha puesto en discusión, en cuestión, la llamada sostenibilidad del sistema sanitario y ha vuelto a surgir el debate de cómo lo garantizamos. Y ha vuelto a colocarse sobre la mesa como un instrumento para garantizar su financiación el copago (El señor presidente abandona su lugar en la Mesa y pasa a ocupar la Presidencia el señor vicepresidente segundo, Fernández González).

Hay que decir que este instrumento de tasas por servicios se ha utilizado históricamente como elemento de financiación y/o elemento de disuasión para el consumo de servicios, pero en este caso nos tenemos que referir, porque así se ha colocado en el debate político español, que el copago sea un instrumento para ayudar a financiar el sistema sanitario. Tal es así que una comunidad autónoma muy importante por su peso demográfico y económico, y también político, como Cataluña, ha decidido ya introducir un pago por receta a los usuarios del sistema de salud en ese territorio, propuesto por Convergència i Unió y apoyado por el Partido Popular, con la abstención. La política sabe usted que se expresa de muchas maneras, con la abstención. Estas son abstenciones activas, complacientes, compartidas, pero somos ya mayores.

Por lo tanto, ese hecho ha abierto el debate en el conjunto del Estado español, hasta el punto de que relevantes dirigentes de comunidades autónomas importantes han dicho que este tema hay que discutirlo. La ministra de turno ha planteado que este es un debate del Consejo del Sistema Interterritorial de Salud, del órgano coordinador del sistema sanitario. Y ayer, en el Congreso de los Diputados, a una proposición no de ley del Grupo Socialista se votó en contra, por parte de los populares y CiU, de erradicar, digamos, esta amenaza.

Yo creo que vamos a tener capacidad en esta comunidad para decidir autónomamente. Esta es de las cosas que sí dependen de nosotros. Es verdad que cabría esperar a que tome decisiones el conjunto del Estado, el conjunto del sistema, y uno sumarse.

Nosotros, Nueva Canarias, está en contra del copago. Creemos que el copago es un mecanismo que no sirve para garantizar la sostenibilidad financiera del sistema. Para que el copago pudiera contribuir a la financiación del sistema hay que hacer lo que hacen los portugueses, que es lo siguiente: cuando alguien va a ver a la enfermera en el centro de salud, paga 3 euros; cuando ve a la médica, paga 5; cuando va al especialista, paga 10; cuando va a urgencias, paga 20; y si en urgencias hay una prueba complementaria, paga 50; y si quiere ser excluido tiene que someterse a un examen que cuesta 50 euros. Este es el camino del copago. El copago, si se quiere hacer posible que sirva para la financiación, hay que pagar los servicios y nosotros estamos en contra de forma radical, porque quiebra el principio esencial de nuestro sistema sanitario, que es la universalidad y de que el sistema esté financiado por los impuestos.

Como tengo luego más tiempo, pondré en evidencia que en España no es necesario el copago y en Canarias tampoco, que el sistema fiscal está bien inventado, está mal trabajado pero está bien inventado, y tiene que ser el sistema fiscal ordinario el que garantice la financiación de este y otros servicios públicos.

La comparecencia del Gobierno es que diga con claridad que no están en esta tesis, que no están de acuerdo en cargar a los más enfermos y a los más necesitados con más gravamen para acceder a los servicios, porque no sirve...

El señor vicepresidente segundo (Fernández González): Un minuto. Siga.

El señor Rodríguez Rodríguez: ...una declaración del presidente aquí, en la Cámara, que yo me alegro, pero luego... En fin, ya está uno curado de espanto, ¿no?

Interesa decirles a los canarios y a las canarias, especialmente a los que más usan los servicios sanitarios, que en esta comunidad los problemas de financiación de la sanidad, que son serios -y luego me referiré a ellos, son muy serios-, no van a pasar por que los ciudadanos que usan esos servicios paguen en el momento de recibirlos; que los ciudadanos que usan y los que no usamos los servicios debemos pagar la sanidad con el sistema fiscal, con los impuestos, y hay margen -y luego en la segunda parte de esta comparecencia lo pondré en evidencia-. No es necesario el copago para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud ni del Sistema Canario de Salud. Es posible buscar alternativas, si se quiere, y si hay mayorías dispuestas a encontrarlas.

Muchísimas gracias.

El señor vicepresidente segundo (Fernández González): Gracias, señor Román.

Tiene la palabra la señora consejera de Sanidad (Pausa).

Tiene la palabra, adelante.

La señora consejera de Sanidad (Mendoza Betancor): Gracias, señor presidente. Señores diputados.

Hemos estado, estado y estaremos, siempre rotundamente en contra del denominado copago sanitario por entenderlo socialmente injusto. Y es verdad, en los últimos años el copago es un tema recurrente en el debate político, mediático, en los sindicatos, entre profesionales, en distintas asociaciones, de forma más importante desde que se iniciara, como usted bien dice, la crisis económica, pero ya esto es un panorama establecido. Y va en aumento a medida que nos hemos ido encontrando con un escenario económico y social diferente al de hace algunos años. Todos ellos se pronuncian sobre las oportunidades de implantar ese sistema en distintos aspectos del sistema sanitario y es por todos sabido que ya existe en numerosos países este sistema, pero es en aquellos sistemas donde, por una parte, se basan en parte en seguros privados, y en algunos países europeos, y desde luego todos conocen seguramente los resultados. En España podemos decir que de alguna forma se emplea en determinados... bueno, en determinados, en concretos, en concretos aspectos, porque cuando vamos a la farmacia pagamos una parte del medicamento, pero no así en la atención sanitaria y en todo lo que usted ha dicho antes, señor Rodríguez, porque lo podemos considerar de alguna manera gratuito, pero que realmente es fruto de una financiación del Gobierno y esa financiación procede en gran medida de nuestros impuestos. No podemos ni debemos perder de vista que su eficiencia depende de que sea o no un sistema flexible, si estuviese en marcha, salvo que la finalidad sea puramente recaudatoria.

Tampoco podemos perder de vista que el usuario no es un cliente típico, ya que muchas de sus necesidades están inducidas por el médico y que, por otra parte, varían en el tiempo. El paciente va al médico, pero el médico es el que además le va a pedir una serie de estudios, de pruebas y de cosas, con lo cual añadimos más historias. No es lo mismo un paciente con una patología aguda que un paciente con una patología crónica, por lo que es diferente a lo largo del tiempo y, como es evidente, no garantiza la equidad.

Y como punto importante: la enfermedad no es un artículo, es una situación que no se busca, no entiende de crisis ni de tiempos de bonanza, con lo que no estableceríamos un sistema equitativo si pusiésemos este tipo de medidas en marcha. Penalizamos al enfermo, pero más aún al enfermo crónico con un sistema de copago.

En cambio, existen otras medidas alternativas, tanto de financiación como de racionalización de gastos sanitarios, y a modo de ejemplo solamente: incrementando presupuestos destinados a sanidad a partir de impuestos indirectos, mejorando la gestión y la formación de nuestros profesionales, para tratar de ser mucho más eficientes, mejorar la coordinación de los profesionales entre los distintos niveles asistenciales, mejorar hábitos de salud, y para ello desde esta consejería se está trabajando día a día.

Asimismo, debemos tener en cuenta sobre todo la repercusión sobre la equidad, que con el copago, repito, se ve completamente alterada.

Este sistema, en algunos países se ha observado que disminuye la demanda, pero en otros no. Puede disminuir la demanda adecuada y la inadecuada, pero el problema es cuando se disminuye la demanda adecuada, lo que empeora el estado de salud de algún tipo de pacientes o de alguna parte de la población. Como es evidente, esto puede poner en riesgo también a un sector de pacientes o población que habitualmente es, evidentemente, la de menor renta.

No se ha evidenciado capacidad de contención del gasto a largo plazo ni en el global del mismo en todos aquellos estudios que tienen evidencias cuando estudian el copago. Recae sobre las personas que más necesidad de cuidados precisan y, si tenemos en cuenta el perfil de nuestra población, también hay que tener en cuenta que tenemos una población importante de más de 65 años. De los pacientes con enfermedades crónicas somos de las comunidades que más tenemos, con más pluripatologías, pero también hay que tener en cuenta y no olvidar que también afecta a nuestros niños. Y vuelvo a recordar: se verán más afectados aquellos que tienen las rentas más bajas.

Por otra parte, este tipo de sistemas puede disminuir adherencias a determinados tipos de tratamiento para algunos pacientes, que pueden tener efectos negativos y que pueden traducirse en situaciones de urgencia, en hospitalizaciones que no tenían que haberse dado y que evidentemente esto no contribuye a ningún control del gasto. Esto crea desconfianza, además, entre nuestros profesionales. La relación médico-paciente se ve deteriorada y es una relación que es de vital importancia para que nuestros pacientes sigan recibiendo una asistencia de la mayor calidad, y no solo que la reciban, que eso está claro, sino que la perciban.

El copago, si volvemos la vista atrás, nunca ha estado en el vocabulario de esta Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias. No está y no quiere estarlo, y no quiere estarlo en el futuro, ni ahora ni en el futuro. Los pacientes por una parte sufren una enfermedad, no tienen que sufrir además una penalización añadida. En todo caso debemos ser capaces de optimizar recursos como la enfermería, en Atención Primaria, la implementación de campañas de hábitos saludables de vida, la educación de nuestros pacientes con pluripatologías, de nuestros enfermos crónicos, para que puedan mantener una buena calidad de vida, aun conviviendo con la enfermedad, y por supuesto también seguir y continuar trabajando en promocionar, en evitar la enfermedad, la prevención, los hábitos saludables para no llegar a enfermar. Y a ello también estamos dedicando nuestros esfuerzos.

Me permito recordar que en el debate al que hemos asistido en los días anteriores, en el debate de la nacionalidad, el presidente del Gobierno de Canarias ha expresado claramente que el copago no se encuentra en nuestra hoja de ruta. Y quiero dejar constancia, por otra parte, de las declaraciones del presidente del Gobierno de España, el señor Rajoy, el día 16 y 17 de marzo de 2012, en las que manifestó públicamente -entrecomillo-: "no soy partidario del copago y es un asunto que no está sobre la mesa". ¡Cielos!, según sus propias palabras, que son estas, y que transcribo de forma literal. Es por todo ello y porque el objetivo de esta Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias es, además de hacer sostenible el sistema sanitario -del que todos estamos evidentemente muy orgullosos-, mantener la equidad, la calidad, la accesibilidad y la gratuidad del sistema, por lo que me permito decir "no al copago".

También quiero dejar claro que esta comparecencia está pedida antes de la presentación de los Presupuestos del Estado por parte de Gobierno de España y que sean cuales sean las medidas que obliguen a tomar esperamos que este concepto siga sin estar, que no esté en la mesa, y que, si por azar apareciera, se nos dé no como un hecho sino que se me permita como consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias ofrecer un diálogo y posibilidades de consenso, y que no se nos obligue a llevar a cabo una medida que rompa estos principios que he mencionado anteriormente y de los que siempre hemos hecho gala y que otros países nos han envidiado; que se tengan en cuenta y se puedan plantear otras alternativas, porque las hay, y que no penalicemos a nuestra ciudadanía por enfermar y por precisar asistencia sanitaria, al contrario, y en este momento insto a todos los grupos de esta Cámara para que participemos en la promoción de la salud de los pacientes crónicos, de los pacientes pluripatológicos, de nuestros niños, que les ayudemos y que les eduquemos en una vida saludable para evitar la enfermedad, porque en todos estos grupos existen profesionales dedicados a la sanidad. Y desde luego cada vez que nos subimos a esta tribuna hemos hecho gala de esto.

Muchas gracias.

El señor vicepresidente segundo (Fernández González): Gracias, señora consejera.

Por los grupos no proponentes, el Grupo Mixto. ¡Ah!, tú eres el proponente; entonces le corresponde al Grupo Socialista.

El señor Morera Molina: Muchas gracias, señor presidente. Buenos días, señorías.

Pues de entrada, y para que quede claro, no al impuesto por enfermar. Eso que llaman copago no lo es tal. Los españoles ya copagamos nuestra asistencia sanitaria a través de los impuestos. De lo que estamos hablando es de repagar las prestaciones sanitarias en caso de pérdida de la salud. No al repago por cinco razones. Primero, por la pérdida de equidad. Miren, el ejemplo palmario de esta circunstancia es la atención bucodental, que, como saben, no está cubierta mayoritariamente en nuestro sistema, por lo que los ciudadanos la tenemos que pagar completamente, a modo de copago, al 100%. Bien. Pues es perfectamente conocido que la salud bucodental depende directamente del nivel económico. Quien menos tiene, de peor salud bucodental goza y viceversa. Lo mismo sucedería con cualquier otra prestación sanitaria si se le aplicara el repago (El señor vicepresidente primero, Cruz Hernández, regresa a su lugar en la Mesa y pasa a ocupar la Presidencia).

En segundo lugar, porque mayoritariamente la demanda de servicios sanitarios es inducida por el sistema, por los médicos. Si realmente estamos convencidos de que hay una sobreutilización del sistema, actuemos mediante campañas de educación a pacientes y profesionales, pero no castiguemos al usuario con el repago de un servicio que en muchas ocasiones él no demanda.

En tercer lugar, por la incapacidad del usuario para comparar coste y beneficio de la prestación sobre la que le han aplicado el repago y, por tanto, infravalorar su necesidad, generando así déficit de un consumo necesario.

En cuarto lugar, porque el repago es un elemento distorsionador que desplaza la demanda de servicios. Por ejemplo, si se penalizan las consultas con repago, se termina generando un aumento de los ingresos hospitalarios, con un aumento de los costes finales.

Y en último lugar, en quinto lugar, por el aumento de los costes administrativos. El dispositivo necesario para realizar los cobros podría ser incluso superior a los ingresos. Si bien de los cuatro anteriores podría presentar la evidencia científica, es cierto que de esta última aún no la hay.

Yendo al asunto catalán, pregunto: ¿cuántos euros que se puedan ahorrar en Cataluña con esa medida de repago que han puesto en marcha pueden justificar que una persona que necesita una medicación no la compre por no tener un euro?, ¿1.000, 2.000, 3.000 euros? No hay cantidad que justifique la pérdida de acceso a una prestación sanitaria para una persona que la necesite. En este sentido decir que nosotros no hemos votado a favor ni nos hemos abstenido cuando se ha planteado alguna forma de repago y ya se sabe que quien se abstiene consiente.

Vuelvo a manifestar nuestra disposición a obtener ingresos vía impuestos sobre las bebidas alcohólicas de alta graduación y sobre el tabaco, ingresos que incidan directamente sobre la financiación sanitaria, y que no aparezca más el repago como falso elemento de necesidad para la sostenibilidad del sistema.

Gracias.

El señor vicepresidente primero (Cruz Hernández): Gracias, señor diputado.

Por el Grupo Parlamentario Nacionalista Canario, doña María del Mar Julios, por tiempo de tres minutos, tiene usted la palabra.

La señora Julios Reyes: Muchas gracias, señor presidente. Buenos días, señorías.

El Grupo Nacionalista Canario dice alto y claro: ¡no al copago sanitario! Y nos preocupa y nos extraña en demasía que, ante la decisión de una comunidad autónoma de introducir un nuevo copago sanitario en el sistema, el Ministerio de Sanidad no haya tomado ninguna decisión. Nos preocupa enormemente, porque el papel del sistema del ministerio es precisamente, señorías, el de velar por la cohesión del Sistema Nacional de Salud, por que se cumpla la ley y por la equidad en el sistema sanitario. Por menos, por mucho menos que esto, se ha llevado a esta comunidad autónoma al Tribunal Constitucional, cuando lo que estábamos defendiendo eran los derechos de los ciudadanos para ponerle freno al crecimiento de los beneficios de la industria farmacéutica. Por mucho menos.

Y, señorías, es que detrás de este debate, del debate del copago, del debate de los recortes en los servicios públicos, del debate introducido con intencionalidad, de que está hipertrofiada la financiación pública de los servicios públicos, hay un debate falso e interesado. Falso, porque precisamente España es el país, el Estado europeo, que tiene más adelgazamiento ya de los servicios públicos. En el 2008 solo gastábamos un 6,5% de nuestro PIB, frente a una media europea que está toda por encima de nuestro gasto público. Por lo tanto, es falso, ya está adelgazado el gasto público en el sistema sanitario en España. Y además es interesado, porque lo que no se dice es que durante estos años lo que ha crecido en España es que somos el primer país ya de Europa en el que más gasto tienen que hacer los ciudadanos, privado, de su bolsillo, para pagar, señorías, los seguros privados. Eso es lo que está ocurriendo: el desmantelamiento del servicio del Sistema Nacional de Salud. Y en pocas palabras, señorías, de seguir así y sin transparentar el verdadero debate que hay detrás de esto, esta, que es la tarjeta del Sistema Nacional de Salud (Mientras muestra la tarjeta sanitaria del Servicio Canario de Salud a la Cámara.), que nos da derecho a todos, con independencia de nuestro poder adquisitivo, dentro de poco poco va a valer en este país, para ser esta, la tarjeta de crédito (Mientras muestra una tarjeta de crédito de una entidad bancaria a la Cámara.), la que va a permitir al que puede y al que tiene pagarse los servicios sanitarios, y encima sin transparentar este debate en la opinión pública y democráticamente.

Nuestro grupo está en contra del copago sanitario.

El señor presidente: Gracias, señora diputada.

Por parte del Grupo Parlamentario Popular, doña Mercedes Roldós, por tiempo de tres minutos, tiene usted la palabra.

La señora Roldós Caballero: Muchas gracias, señor presidente. Señora consejera, señorías.

El Grupo Parlamentario Popular rechaza absolutamente el copago para recibir asistencia sanitaria, tanto de urgencias como de consultas, como de pruebas diagnósticas, como de intervenciones quirúrgicas. Son otros los que han propuesto copago sanitario; son otros: cuatro ministros socialistas. Un secretario de Estado, el señor Ocaña, en el 2010 -en mayo del 2010-, propuso el copago sanitario. La señora Marina Geli, consejera de la Comunidad Autónoma de Cataluña durante seis años, socialista, fue quien propuso que se pagara 1 euro por consulta. Están ahí las hemerotecas para quien las quiera consultar.

Nosotros le decimos "no al copago", no solamente porque es injusto, porque es insolidario, sino porque no resuelve el problema de insostenibilidad que tiene el Sistema Nacional de Salud, ni como efecto recaudatorio ni como efecto disuasorio, como ticket moderador. Esa no es la medida. La medida es ajustar la financiación al gasto y ha habido un décalage en los años de Gobierno socialista que aquí, en Canarias, ha supuesto que en el 2004 la financiación del Estado cubría el 80% del gasto sanitario y cuando se marcharon los socialistas, 11 puntos porcentuales menos, el 69%.

Y, señorías, no obstante, y con la que está cayendo y con la que nos han dejado los socialistas, sí, ese agujero económico, un país en recesión y con más de 5 millones de parados, creemos firmemente que hay margen de eficiencia. Y, señora consejera, mire, lo dice la Federación Española de Economía Aplicada, la Consultora McKinsey, Price Waterhouse, Mensor, todas las consultoras, que hay margen de eficiencia. ¿Sabe usted por qué?: somos el segundo país del mundo que más fármacos prescribe y receta, somos el país de la Unión Europea más hiperfrecuentador -40% de veces más vamos al médico que el resto de países europeos-, sin que nuestros indicadores de salud sean peores.

Por lo tanto, reforma, reforma, reforma... Como usted decía, señora consejera, cambio cultural en el ciudadano para darle mayor autonomía, mayor corresponsabilidad en su estado de salud. Innovación, todo lo que son los sistemas de información y de comunicación aplicados a la sanidad, que tienen una altísima tasa de retorno; política farmacéutica, con coste/eficiencia y con evidencia científica. Lo mismo para cartera de servicios, que estamos financiando prestaciones que no son ni costes...

El señor vicepresidente primero (Cruz Hernández): Gracias, señora diputada.

Por parte del grupo solicitante de la comparecencia, don Román Rodríguez, por tiempo de diez minutos, tiene usted la palabra.

El señor Rodríguez Rodríguez: Señorías.

Hay una primera conclusión que me viene muy bien, y además estaba seguro de que iba a ser así, que todo el mundo iba a proclamar hoy aquí que el copago no. Sin embargo, no podemos eludir que la crisis afecta a los servicios públicos y a este de manera evidente, hasta el punto de que en esta comunidad en estos tres últimos años se ha detraído un acumulado de 500 millones de euros al sistema sanitario. Es decir, que concluyamos que el copago no es la solución a la sostenibilidad está muy bien y que seamos todos, mejor, pero la siguiente es reconocer que el sistema sanitario está tocado, está afectado de manera clara por la crisis económica y que en esta comunidad se han detraído 500 millones al sistema sanitario, y que eso le ha hecho perder calidad y capacidad de respuesta a los problemas de los ciudadanos; que cuando uno va a un área de urgencias de un hospital público hoy y no le atienden de una manera razonablemente rápida no es porque los trabajadores estén ociosos, estén en la cafetería, es porque están ocupados en otros enfermos. De manera que reconozcamos la siguiente: la sanidad canaria tiene menos recursos que la media, que los que necesita, y eso deteriora el sistema sanitario.

Y una tercera conclusión: no puede haber más recortes en sanidad porque, si no, quebramos el servicio, lo deslegitimamos, haremos que no funcione.

De manera que esto que le pasa a la sanidad y que la crisis le afecta, descartada la solución del copago por ineficaz, por injusta... Contrastado, hay cientos de libros publicados sobre esto en los últimos 30-40 años en los países de nuestro entorno. Concluyamos que solo hay dos caminos. Uno, el de la eficiencia, el de la organización, el de la mejora, el de la autonomía del sistema para tomar decisiones. Miren, el sistema sanitario es una cosa muy compleja. Maneja entre lo público y lo privado el 9% de la riqueza llamada nacional, mucho dinero, y ahí interaccionan los intereses particulares, privados, de las grandes empresas e imponen sus criterios. El tema farmacéutico es el ejemplo más claro que hemos vivido en esta comunidad, lo recordaba María del Mar Julios aquí, en este Parlamento, a propuesta además de quien les habla. Hace 15 años pusimos en la Ley de Presupuestos la prescripción por principio activo después de una discusión con el consejero de Hacienda del ramo, que está por aquí arriba, y fue impugnada por el Gobierno de España. Y 15 años después, en medio de una crisis terrible, se incorpora la decisión elemental que este Parlamento había considerado hace 15 años. ¿Saben por qué?: porque mandan las multinacionales, porque deciden las multinacionales, porque influyen sobre los gobiernos las multinacionales. De manera que hay un conjunto de decisiones en el sistema sanitario que no las toman los médicos o no las toman libremente, que no las toman los políticos o no las toman libremente, que las toman las empresas, las grandes empresas, los negocios, y eso ha impuesto un conjunto de prestaciones, de pruebas diagnósticas, de tratamientos ineficaces, que no sirven, que no funcionan, se incorporan técnicas, procedimientos, que no demuestran una valía contrastada sobre la generación anterior, pero son más caros y se incorporan.

De manera que el terreno, el camino de la eficiencia en el sistema sanitario tiene mucho recorrido y la crisis es una oportunidad para reflexionar sobre esto: sobre el papel de la Atención Primaria, sobre el papel de la educación para la salud, sobre el papel de la salud pública, la vinculación de las entidades sociales con las sanitarias, el papel de los crónicos, la participación ciudadana, la profesionalización de la gestión, el diferenciar una parte de los salarios en función de los resultados, de los objetivos. El café para todos no funciona y es posible en el sector público introducir elementos variables en los salarios que primen a los mejores, que reconozcan el esfuerzo y la capacitación. Hay camino en el espacio de la eficiencia, de la mejor organización del sistema sanitario y esta es una oportunidad para volver a sentarse y poner sobre la mesa lo muchísimo que se conoce y se sabe en materia de mejora, de redefinición del sistema sanitario, para dirigir el esfuerzo fiscal que esto supone hacia verdaderos objetivos de salud, sin mediatizar, sin que los particulares impongan sus intereses.

Y el segundo camino, el segundo camino que está de moda es el de la fiscalidad. Nosotros escasamente estamos en el 6% de nuestro Producto Interior Bruto dedicado a la sanidad pública. El global de la sanidad se acerca al 9%. Por lo tanto, casi 3 puntos de riqueza se gasta la gente en sanidad privada y 6 puntos nos los gastamos en sanidad pública. Los recursos que destinamos con esta cartera de servicios y este nivel de gratuidad son insuficientes, claramente insuficientes. Y son especialmente insuficientes en nuestra comunidad, porque en el País Vasco nos superan, y en Murcia y en Extremadura, nos superan, desde hace mucho tiempo -algunos lo descubrieron hace semanas-. Desde hace mucho tiempo nos superan esas comunidades.

Y es necesario poner en evidencia que, frente a la interpretación del ajuste fiscal, de los recortes públicos, que para que sean significativos se tienen que hacer sobre la sanidad, sobre la educación, sobre los servicios sociales, porque si no serán -como hemos dicho aquí en muchas ocasiones- pura demagogia, nosotros sostenemos que hay espacio fiscal. Primero, para que todo el mundo pague, porque aquí quien paga son las rentas del trabajo. Repasaba ahora en el escaño las aportaciones del impuesto de sociedades a la fiscalidad estatal. No llegan al 10%. Las grandes empresas pagan el 10% de sus beneficios, tres veces menos que nosotros, que nosotros, que los que estamos aquí. Las deducciones del impuesto de sociedades son vergonzosas -por cierto, muchas puestas por el Partido Socialista-, que va a corregir el viernes el Partido Popular, entre ellas la libertad de amortizaciones de las grandes empresas, que ha sido una vergüenza, que ha detraído miles de millones de euros al erario público no se sabe para qué. De manera que necesitamos hacer un modelo fiscal donde las rentas de capital paguen, paguen como en los países más desarrollados. Necesitamos un modelo fiscal que persiga el fraude, que es masivo, que es masivo. Los paraísos fiscales están en nuestro entorno, están en países de la Unión Europea, muchos de ellos, o bajo protectorado. El 80% -escuchen bien esto-, el 80% de las empresas que cotizan en el IBEX 35 opera en paraísos fiscales. ¿Ustedes a qué creen que se va a los paraísos fiscales? De vacaciones no, se va a eludir la fiscalidad, las obligaciones. Pues el 80% de las empresas españolas que cotizan en el IBEX 35 operan en paraísos fiscales. ¡Esto es una inmoralidad! No hay derecho, no hay derecho a que aquí no paguen impuestos sino los trabajadores. Por eso hay que exigir una revisión del modelo fiscal. Me leí el otro el día... A los inspectores de Hacienda yo les tengo un especial respeto -no sé por qué, será por lo importantes que son-, y además creo que son un cuerpo muy cualificado, y yo sigo sus congresos porque dan una información sustanciosa, y ellos ponían en evidencia el abuso en lo siguiente: las empresas españolas que invierten en el extranjero, los beneficios los residencian en otro lugar y no pagan impuestos, pero, sin embargo, deducen los gastos financieros de los préstamos generados para hacer posibles esos negocios. La cuadratura del círculo, negocio seguro. Esto no puede ser, estoy hay que corregirlo. Hay que corregir el sistema fiscal español para hacerlo justo, distributivo y que paguen más los que más tienen. Hay que perseguir el fraude fiscal.

No me da tiempo. Tengo aquí el listado de paraísos fiscales. Bueno, los paraísos fiscales suelen tener de media 30.000 habitantes; 70 o 100.000 empresas. Muy proporcionado: 30.000 habitantes y se residencian 70, 80, 100.000 empresas, fundaciones, y en los bancos están 150, 300.000, 600.000, hasta 7 u 8, 9 billones de euros colocados fraudulentamente...

El señor vicepresidente primero (Cruz Hernández): Señor diputado, tiene usted un minuto para concluir.

El señor Rodríguez Rodríguez: Si somos capaces de exigir que aquí pague todo el mundo, especialmente los que no pagan, que son, los mejores no, los más ricos, los más ricos. Y si perseguimos el fraude fiscal, aquí no son necesarios los recortes, ni en esto ni en otras cosas. Eso es un invento. Hay 240.000 millones de la economía española sin control fiscal, el 24,4% de la economía, y en Canarias el 28,8% está fuera del control fiscal. Y no son los fontaneros los culpables de esto, no son los fontaneros ni los que arreglan las teles; los que van a los paraísos fiscales tienen mucho que ver con las grandes empresas.

Por lo tanto, persigamos, busquemos soluciones de verdad y no hagamos pagar a quien no tiene culpa los platos rotos de esta crisis.

El señor vicepresidente primero (Cruz Hernández): Gracias, señor diputado.

Por parte del Gobierno señora consejera de Sanidad, doña Brígida Mendoza, por tiempo de diez minutos, tiene la palabra.

La señora consejera de Sanidad (Mendoza Betancor): Señor presidente. Señorías.

Reitero que el copago no es una medida que la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias tenga prevista en su hoja de ruta.

El artículo 31 de la Constitución recoge en el punto 1 de su texto: "todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos, de acuerdo con su capacidad económica, mediante un sistema tributario justo, inspirado en los principios de igualdad y progresividad". Por tanto, hay que tener en cuenta que todos los ciudadanos contribuimos al sostenimiento económico del sistema de salud y, aun así, contribuimos de forma directa, por ejemplo, en los fármacos que nos prescriben.

Es evidente, por todo lo que se ha escuchado, que no cabe hablar de copago, que, por otra parte, exigiría evidentemente cambios legislativos. Más importante aún: no debemos penalizar a los enfermos por su enfermedad. Debemos realizar esfuerzos en otros sentidos y creo que hoy han quedado aquí muchos de manifiesto y en hacer, como demanda la legislación, eficiente el sistema para garantizar su sostenibilidad, disminuir la burocratización, agilizar el acceso a las prestaciones, promocionar los hábitos saludables para controlar mejor la enfermedad o evitarla -esto sí reduce gastos-, educación de la población para un uso racional del sistema sanitario, de la misma manera, trabajar en la implicación de los profesionales en la gestión de los recursos y diagnosticar y tratar con lo necesario, y eso se llama eficiencia. Debemos revisar todos los aspectos de los servicios sanitarios para poder evidenciar todos aquellos aspectos mejorables e identificar las áreas de ineficiencia o de ineficacia que evidentemente tenemos y para lo que trabajamos todos los días.

Cartera de servicios. Se ha solicitado en el Consejo Interterritorial, que evidentemente si hay que revisarla no tiene que ser una comunidad autónoma sola la que la abra. Tendrá que ser abierta por todas las comunidades y revisarla todas en conjunto, que todos tengamos el mismo acceso y que se revise para todos, porque se dijo que había intenciones de establecer una cartera de servicios básica, y eso lo dijo el actual presidente del Gobierno de España en su discurso de investidura.

No debemos romper la equidad de la asistencia, porque en este escenario actual afectaría precisamente, una medida de este tipo, a un gran porcentaje de la población, que cuenta con escasos o nulos ingresos, además de su enfermedad. Concretamente en nuestra comunidad, donde se han dado las siguientes circunstancias: incremento importante de la población en las últimas décadas; tenemos el mayor porcentaje de personas mayores de 65 años, y esto tiende al incremento de forma progresiva; nuestra pirámide es la que es; somos la comunidad con mayor número de enfermos crónicos y pluripatológicos y últimamente estamos escuchando -como ustedes habrán leído- que tenemos un incremento de patologías oncológicas también en nuestra Comunidad Autónoma de Canarias y tenemos además una alta tasa de desempleo. Con lo cual, evidentemente, antes quedan muchas cosas por hacer. Antes de un copago tenemos que hacer muchos deberes.

Somos la comunidad que ha tomado todas las medidas necesarias para controlar el gasto de forma más temprana. Hemos cumplido con las tareas que el Gobierno de España solicitó para controlarlo, a pesar de ser la peor financiada: 300 euros por debajo de la media, seiscientos y pico euros por debajo de la que más cobra. No solo eso, tenemos un déficit de financiación histórico, que no se ha cumplido, que se viene reclamando desde hace muchos años y que se ha reclamado, se reclama y seguiré reclamando en el futuro al Gobierno de España.

En el Presupuesto de este año, siguiendo la línea trazada por el Gobierno de Canarias en su apuesta firme por mantener los servicios esenciales y concretamente en este caso la sanidad, se ha incrementado en relación al año 2011 un 2,7%, que, tal como expresó el presidente de nuestra Comunidad Autónoma de Canarias, representa 38,44 euros del Presupuesto total de la Comunidad Autónoma de Canarias, y todo ello en aras de garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema de salud.

No debemos establecer una medida de copago. Espero, como dije en la primera intervención, que el Gobierno de España lleve a la práctica sus afirmaciones de estar en contra de esta medida. A ver qué hace. Y en cualquier caso espero también que sea responsable este Gobierno de España con la deuda que mantiene con nuestra comunidad autónoma, adquirida en el pasado, y que significa el 50% de nuestro actual Presupuesto y mantenida hasta el presente, aunque lamentablemente no haya hasta hoy respuesta positiva y de que esto se vaya a solucionar, pero evidentemente desde esta Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias seguiremos reclamándola. Y desde luego tendrán que tenernos en cuenta porque esto era algo que tenían muy claro desde hace años. Repito que espero que este concepto siga sin estar en su lenguaje y que si por azar apareciese, como dije también antes, se diera la posibilidad a esta consejera de abrir el diálogo, de consensos y de no imponer un tipo de medida de estas características, porque terminaría con la equidad de nuestro sistema; que se tenga en cuenta y se puedan plantear otras alternativas y que no penalicemos a nuestra población por enfermar y por precisar una asistencia sanitaria, porque hay mucho por hacer antes de llegar a una medida de este tipo. Por ejemplo, lo más importante, cumplir con la comunidad canaria en materia de financiación, porque hemos hecho bien nuestra tarea y es de justicia que se nos reconozca y que se nos lleve a la media como mínimo del Estado, y ni siquiera estoy hablando de distancias ni de otros conceptos; que digamos no al copago, porque esto en este momento es una responsabilidad del Gobierno de España. Hacer sostenible el sistema significa que tienen que hacer también ellos su esfuerzo, tomar las medidas oportunas.

Desde la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias seguiré diciendo no al copago.

Y quiero decirles que en sanidad, y si miramos a otras comunidades, hay una frase que me llamó la atención de un consejero de una comunidad autónoma, y dice que lo que se ahorra en sanidad -era un consejero del PP, disculpen, no recuerdo el apellido, pero si lo piden, yo se lo daré-, lo que se ahorra en sanidad en un sitio se gasta en otro, y yo creo que ahora lo que toca es que hagamos bien nuestros deberes, que sigamos trabajando por la sostenibilidad del sistema, que defendamos nuestros derechos como comunidad autónoma, que se nos financie como hay que hacerlo y, evidentemente, se nos lleve a la media, porque ahora mismo nuestro 50% del Presupuesto lo podíamos haber tenido, si hubiesen hecho, si nos hubiesen pagado la deuda que desde antes del año 2006 ya se empezó a reclamar (Se reincorpora a su lugar en la Mesa el señor presidente).

Y quiero dejar alto y claro: no al copago, pero espero también que el Gobierno de España haga sus tareas y que nos tenga en cuenta, porque somos como el que más, pero esta comunidad tiene necesidades, y sobre todo porque hemos cumplido con todo lo que se nos ha pedido y lo que queremos es que nuestro sistema sanitario, nuestro Servicio Canario de Salud, siga siendo sostenible. Nosotros trabajamos para ello y ahora que trabaje el que le toca.

Muchas gracias.

El señor presidente: Muchas gracias, señora consejera, doña Brígida Mendoza.